«Tú, novato, ¡bebe detergente con arena!»

«En mi primer año universitario me ataron el pene a un ladrillo con un hilo y lanzaron el ladrillo por la ventana. Cuando ya creía que me lo iban a arrancar de cuajo escuché el ladrillo estrellarse contra el suelo porque el hilo era más largo», recuerda Juan [nombre ficticio], que ahora estudia cuarto curso de Administración y Dirección de Empresas en Madrid …

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