El Racing saltó al Camp Nou todo de verde, con una equipación casi de camuflaje que se mimetizaba con el césped y que producía el peculiar efecto, a la postre perfecta metáfora del partido, de que el Barcelona jugaba contra nadie, tiraba paredes y dibujaba rondos a ritmo de entrenamiento sin rival a la vista … El Racing casi vestido de césped basculó y basculó molestando lo menos posible. Pasada la hora de partido el Barcelona superaba el 85% de posesión, un dato brutal que explicaba un ejercicio de superioridad que dejó poco para la imaginación …
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