El público escuchaba en silencio, con el corazón en un puño, mientras el maestro movía sus manos de predicador como acariciando el aire. Leonard Cohen estaba desnudando su alma. Ayer, en el abarrotado Teatro Campoamor de Oviedo, reveló que su fraternidad con España es incluso anterior a su admiración por Federico García Lorca …
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