Ramón Pi (Barcelona 1941) está a punto de cumplir los cincuenta años en la profesión periodística. Comenzó su carrera profesional en el periódico ABC de Sevilla y posteriormente trabajó en El Alcázar (PESA) y Nuevo Diario. Después fundó y dirigió la agencia Multipress.
Su larga carrera incluye haber sido cronista del periódico barcelonés Tele/expres, La Vanguardia y redactor jefe de la revista La Actualidad Española, lo que le convierte en un testigo de primera fila de destacados momentos mediáticos.
- PESA: NUEVO DIARIO Y EL ALCÁZAR ¿PERIÓDICO DEMOCRÁTICOS DEL OPUS?
- FRAGA DEVUELVE EL ALCÁZAR A LOS ULTRAS
- TELE/EXPRES, NUEVOS AIRES AL PERIODISMO EN CATALUÑA
- «SALIMOS DE ACTUALIDAD ESPAÑOLA CUANDO LOS EDITORES DECIDIERON APOYAR A FRAGA»
- LA LARGA AGONÍA DEL DIARIO YA
- TRES ‘FAMILIAS’ POR LA DEMOCRACIA-CRISTIANA
- LA CEOE, AL AUXILIO DE LOS OBISPOS PARA FRENAR A LOS FRANCESES
- EL DESEMBARCO DE ‘LOS VASCOS’ (CORREO, HOY VOCENTO)
- LA PRIMERA TERTULIA RADIOFÓNICA
PESA: NUEVO DIARIO Y EL ALCÁZAR ¿PERIÓDICO DEMOCRÁTICOS DEL OPUS?
A finales de los años sesenta hubo una guerra entre dos grupos de periódicos, los periódicos que podrían llamarse «los falangistas» consideraban a los periódicos de PESA, Nuevo Diario y El Alcázar, como «periódicos del Opus».
«El director del periódico (José Luis Cebrián) era del Opus Dei pero muy pronto se vio que PESA no era franquista, no era así porque nos cerraron el periódico, precisamente porque Fraga, ilegalmente según decretó el Supremo tres años después, en el año 68 hizo como que devolvía la cabecera del periódico a la Hermandad de Defensores del Alcázar de Toledo, que era la Hermandad que constituyeron después de la guerra».
«El Alcázar provenía de una hoja cicloscilada que se llamaba el Alcázar durante el asedio del Alcázar. Luego, después de la guerra, lo convirtieron en diario. Llevó una vida muy lánguida hasta que la Ley Fraga permitió la creación de nuevos periódicos; porque hasta la Ley Fraga estaba prohibido sacar nuevos periódicos a la calle. Fue entonces cuando un grupo de empresarios decidió dar el salto y sacar un periódico a la calle. Como todavía era complicado eso de sacar un periódico nuevo, lo que hicieron fue un contrato con la Hermandad de Defensores del Alcázar para utilizar su cabecera y hacer un periódico con una serie de especificaciones, fundamentalmente, que defenderían la verdad, que no se meterían con la Iglesia…».
FRAGA DEVUELVE EL ALCÁZAR A LOS ULTRAS
«Fraga, como el Alcázar, se dedicó a dar información veraz de las primeras elecciones sindicales a las que se presentaron CC.OO., lo que hizo fue irritarse muchísimo y devolver la cabecera a la Hermandad, lo cual significaba el cierre del periódico. Nuevo Diario, que pertenecía a la misma empresa, vivía y tenía previsto nutrirse del éxito editorial y de los beneficios del Alcázar, un periódico de la tarde, para aguantar el hacer de pulmón financiero del lanzamiento de Nuevo Diario, que era un periódico de la mañana. Al desaparecer la vaca, desapareció la leche.
En la primavera del 70, el periódico tuvo que ponerse en venta porque el sucesor de Fraga, que era un señor que se llamaba Alfredo Sánchez Bella, que torpedeó una ampliación de capital por un procedimiento bastante poco limpio, pero indemostrable, que era presionar a los accionistas de Prensa y Ediciones S.A., para que no acudieran a la ampliación de capital. El periódico tuvo que ponerse en venta, y entonces, quien lo compró fue precisamente una empresa testaferro de la Comisaría del Plan de Desarrollo, cuyo comisario era el señor López Rodó, que también era del Opus Dei. De manera que esto no quiere decir gran cosa».
TELE/EXPRES, NUEVOS AIRES AL PERIODISMO EN CATALUÑA
Tele/expres fue un destacado periódico catalán, que defendía la democracia durante el tardofranquismo bajo la tutela de Sebastián Auger, que había montado el Grupo Mundo, que iría a la quiebra en 1980.
«Tele/expres, en Barcelona, que es un periódico que fue un referente para los antifranquistas en Barcelona desde finales de los 60′ hasta poco después de la muerte de Franco».
«Yo tuve muy buen trato con Sebastián Auger y, en cierto modo, colaboré esporádicamente en un semanario de éxito que editaba él, que era el semanario Mundo, pero nunca llegué a trabajar formalmente para él. Por otra parte, los últimos meses, casi el último año de la vida de Tele/express yo ya no estaba allí porque yo dejé el diario Tele/express para incorporarme como redactor jefe al semanario político La Actualidad Española, que había sido una revista ilustrada de tipo Life o Paris Match, hasta la muerte de Franco. A partir de la muerte de Franco se convirtió en una revista más bien como L’Express o Le Pound, por buscar referencias francesas».
«Tele/express no sobrevivió a La Transición, entre otras cosas porque ya tenía una vida precaria entonces, pero después de la muerte de Franco, el papel que desempeñó Tele/express en la vida periodística de Barcelona ya no hacía falta».
«SALIMOS DE ACTUALIDAD ESPAÑOLA CUANDO LOS EDITORES DECIDIERON APOYAR A FRAGA»
Ramón Pi fue redactor jefe de la revista Actualidad Española, que fue el germen de lo que posteriormente sería conocido como el Grupo Recoletos (diarios Expansión y Marca), en la actualidad absorbido por Unidad Editorial.
«Nos pidieron ayuda a un grupo cuyo presidente era Juan Pablo de Villanueva, que era el director de Nuevo Diario cuando yo estaba trabajando como redactor parlamentario y político del periódico, y entonces teníamos un grupo que no tenía nombre todavía que era el embrión de lo que luego fue el Grupo Recoletos y nos pidieron los editores de La Actualidad Española ayuda para que destacase Juan Pablo Villanueva un pequeño grupo de periodistas para hacerse cargo de la revista. El momento político de España era apasionante porque estoy hablando ahora de la primavera del 76. Justo a los pocos meses de morir Franco, y cuando se sabía que el Rey estaba harto de Carlos Arias Navarro. Fueron nueve meses los que estuvimos allí»
«En mayo del 77 dimitimos todos juntos como equipo periodístico de La Actualidad Española, porque los editores querían apoyar a Alianza Popular y nosotros no estábamos dispuestos a eso».
LA LARGA AGONÍA DEL DIARIO YA
Ramón Pi fue nombrado director del Ya en 1986, reemplazando a Fernando Ónega, en un momento particularmente delicado.
«El diario Ya era de una empresa llamada La Editorial Católica, que respondía fundamentalmente a lo que en la jerga profesional se llamaba La Santa Casa, que era la Asociación Católica Nacional de Propagandistas. Una asociación católica con mucha gente muy excelente y con mucho prestigio profesional, muchos altos funcionarios, muchos profesores universitarios… era una asociación importante en la historia de España».
TRES ‘FAMILIAS’ POR LA DEMOCRACIA-CRISTIANA
«Cuando Franco se muere, el diario Ya experimenta las consecuencias de la división dentro de la Asociación de Propagandistas, dentro de lo que era la democracia cristiana del interior de España, y se divide en tres corrientes: una continuista del franquismo, cuyo líder era Federico Silva, que luego fue uno de los siete magníficos de Alianza Popular; uno rupturista claramente con el franquismo y sin tener que ver nada que ver con el franquismo, estaba liderado por José María Gil Robles y Joaquín Ruiz Jiménez, que se llamaba Izquierda Democrática y uno más posibilita, que era el reformista, que no quería abjurar del franquismo pero no quería producir una ruptura con el franquismo, que fue el que además, al final salió ganado políticamente, cuyo líder principal podríamos decir que eran Marcelino Oreja o Landelino Lavilla, era lo que luego fue el ala democristiana de la UCD».
«Los tres sectores de la democracia cristiana querían disponer del diario Ya como su portavoz. El diario Ya no podía ser el portavoz de estas facciones irreconciliables entre sí ante lo que se les venía encima, que eran unas elecciones libres. Y entonces, los lectores lo notaron y empezaron a alejarse de un periódico que no se sabía qué era lo que defendía ni por dónde iba».
«Hacia principios de los 80, los editores, abocados a la quiebra de la empresa, fueron a anunciárselo a la Conferencia Episcopal Española y le dijeron al presidente -que entonces era el Cardenal Tarancón- que sintiéndolo mucho iban a cerrar. Entonces dentro de la jerarquía de la Iglesia hubo un gran y profundo debate del que salió por mayoría bastante ajustada el hacerse cargo de la Editorial Católica. Y así fue como el diario Ya pasó a ser el diario de los obispos en sentido estricto».
LA CEOE, AL AUXILIO DE LOS OBISPOS PARA FRENAR A LOS FRANCESES
«En el año 84-85, después de una reconversión de personal carísima, vieron que aquello no tenía salida. Hubo una sucesión de directores, cada cual duraba un poco menos que su antecesor y un poco más que su sucesor, y entonces decidieron que no. Y recibieron un mensaje de que un editor francés tenía interés en la Editorial Católica para poner el pie de sus intereses editoriales y periodísticos en España. Este era el grupo Hersant, editor del Figaro, entonces, claro, los obispos pensaron que eso no había ocurrido todavía nunca con la ley de prensa vigente».
«Los obispos, tuvieron miedo de ser los vendedores de la primera empresa editora de diarios a capital extranjero. Y lo que hicieron fue pedir socorro a la CEOE. Y entonces, la CEOE -no como tal CEOE sino como personas de la CEOE con cierto ascendiente sobre empresarios importantes del país, tocaron la corneta y les dijeron a unos cuantos importantes empresarios españoles: «Hay que echarles una mano a los obispos en este asunto». Así fue como se constituyó una sociedad editora llamada Prensa Unida y nombraron presidente a una persona que no tenía aristas (Ramón Guardans), no ofrecía inconvenientes a nadie, ni al Gobierno de la UCD. Este hombre fue el presidente de un diario Ya editado por una sociedad cuya mayoría la tenían esos empresarios y la Conferencia Episcopal tenía sólo el 26%. En esa etapa me llaman a mí para dirigir el periódico».
«Yo lo que hice fue tomar contacto con Ramón Guardans, congeniamos inmediatamente, él había sido miembro del consejo privado del Conde de Barcelona. Yo era monárquico por convicción… nos entendimos muy bien desde el primer momento. Y yo le expliqué a la persona de la CEOE que me planteó ser director del periódico antes de presentarme al presidente, les dije: «Vosotros sabéis como soy» -«Sí, sí, claro que sí, te seguimos desde hace tiempo». -«Bueno, supongo que me llamáis porque soy como soy, no pretenderéis que una vez que sea director del periódico sea de manera diferente a como soy» -«No, no no. De ninguna manera».
«Empecé a actuar como soy. Que es: muy apasionado de la libertad, muy apasionado de la institución monárquica como fórmula política para la España de finales del siglo XX que era la que vivíamos entonces. No me entraba en la cabeza que fuera razonable patrocinar la República y mucho menos otra dictadura, eso de ninguna manera. Ellos sabían que yo soy católico, o sea, que con la Iglesia no me iba a meter. Los obispos estuvieron de acuerdo, los empresarios estuvieron de acuerdo, todos estuvieron de acuerdo, hice el periódico. Los periódicos se parecen a sus directores».
«Lo que pasó fue que al día siguiente de tomar posesión como director, el presidente nos llamó a mi y al director adjunto y nos dijo: «Ya podéis ir empezando a poneros al día de las cifras de la empresa, de la edición del periódico, porque el lunes que viene vienen los franceses, los de Hersant. No sabíamos una palabra. Nos enteramos de eso al día siguiente de tomar posesión. Entonces nos planteamos muy seriamente si dimitir, si seguir, qué hacer… Entonces decidimos que si las negociaciones fructificaban y el grupo Hersant se hacía con la edición del periódico necesitaría un director español para un diario en España. Y que los que estábamos mejor situados para eso éramos precisamente nosotros, que además teníamos tiempo de hacernos amigos suyos o de comprobar si compensaba hacernos amigos suyos. Y si no nos querían, pues entonces nos tendrían que echar. O sea que si el resultado era acabar nosotros en nuestra casa, por lo menos que fuera con una indemnización. Si el final iba a ser este… ¿Que el final no iba a ser ser este sino seguir?, ¡Pues miel sobre hojuelas! Y también podía ser que las negociaciones no fructificasen, en cuyo caso pues seguíamos y a ver qué pasaba, qué nos deparaba el futuro…».
EL DESEMBARCO DE ‘LOS VASCOS’ (CORREO, HOY VOCENTO)
«No llegaron los franceses y no llegaba nadie. Y yo estuve diez años y medio haciendo un periódico sin medios e inventándome cosas. Una de las cosas que me inventé fue un suplemento ideológico que se llamaba ‘Papeles para la Libertad’ en el que colaboraba mucha gente, no necesariamente liberales y no necesariamente de la escuela austríaca, aunque muchos liberales y muchos de la escuela austríaca, pero ahí, por ejemplo, aparecía Dalmacio Negro, aparecía Pedro Schwartz también, aparecía Pedro Fontán alguna vez Julio Pascual… aparecían gentes muy relacionadas con el mundo de la defensa de las libertades».
«Cuando lo compraron los vascos… (Grupo Vocento, por entonces conocido como Grupo Correo) Esta es una operación muy compleja. Los vascos lo que querían eran los tres periódicos regionales de la cadena: el Ideal de Granada, el Hoy de Badajoz y la Verdad de Murcia. Porque los vascos no sabían ni les interesaba hacer un periódico nacional. Ellos sabían de prensa regional. Luego con el ABC casi lo han corroborado, les cuesta mucho trabajo hacer un periódico nacional, han tenido que aprenderlo porque no sabían, efectivamente, no sabían- y no querían ni oír hablar del Ya».
Los editores, los de Prensa Unida les dijeron: «Mirad, esta empresa tiene un bombón, que son los tres periódicos regionales que ganan dinero y que están muy bien instalados y muy bien establecidos en sus sociedades respectivas, y una bomba, que es el diario Ya. El que quiera el bombón tiene que hacerse cargo de la bomba».
«Lo que hicieron los de Correo fue resucitar una empresa que dormía el sueño de los justos que comprase todo, y ese mismo día, esa empresa vendía los tres periódicos regionales al grupo Correo . Y entonces, en los últimos seis meses que estuve ahí de director pues estuve siendo director de un periódico editado por una empresa fantasmal que tenía a los del grupo Correo conduciendo desde el asiento de atrás».
LA PRIMERA TERTULIA RADIOFÓNICA
Ramón Pi fue uno de los creadores de la primera tertulia radiofónica en España, ‘La Trastienda’ de la Cadena SER, junto a Fernando Ónega, Manuel Antonio Rico y Javier González Ferrari.
«Yo dejé la tertulia antes de que llegara PRISA a la SER. Y dejé ‘La Trastienda’. Fernando Ónega sostiene que se le ocurrió el título y la idea a él, yo sostengo que se me ocurrió a mí gracias a un comentario de mi mujer, pero como yo respeto el copyright y no quiero litigar por eso, daré por buena la verdad de Fernando Ónega, pero sigo sosteniendo que la verdad es la que cuento yo. La cuestión es que ‘La Trastienda’ empezó a tener dificultades desde la semana siguiente de empezar a emitirse, con los socialistas rampantes después de una hipervictoria electoral-. Éramos críticos y eso Alfonso Guerra no estaba dispuesto a consentirlo. Nos colocaron una cuña de un tertuliano que «equilibrase» -esas fueron las palabras del director general de la SER entonces- y entonces al cabo de un poco tiempo a mí me dieron a elegir entre el comentario diario que hacía yo de política nacional en Matinal SER o la tertulia. Y entonces yo preferí hacer el comentario, que por lo menos dependía de mí mismo, donde decía lo que quería, y en la tertulia el ambiente ya no era tan grato como en la primera semana».
Con la colaboración de Marina López y Sandra Besga