El exportavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Iñaki Anasagasti, ha perdido el oremus y la ha emprendido a patadas verbales contra el periodista Raúl del Pozo.
El político, que tiene una bitácora en Internet, colgó el 14 de enero de 2016 este post referido al periodista de El Mundo –Raúl del Pozo, Felipe VI y su chauvinismo español de caverna-, en el que suelta lindezas de este calibre:
Leo en El Mundo la columna diaria de Raúl del Pozo, un nacionalismo español de la peor especie. Marine Le Pen se queda pequeña comparando con este buen periodista de oficio, pero de ideas propias de Ramiro de Maeztu o de Blas Piñar. Y toda la columna es del mismo jaez. Bazofia pura. Federico Jiménez Losantos, Antonio Burgos y Jon Juaristi no la mejorarían.
Hoy iniciaba su columna de esta manera:
«Carles Puigdemont continúa la política del resentimiento de los Pujol y de Mas, que saquearon y dividieron Cataluña. El nuevo president pretende romper con España, que es un Estado democrático y convertir a Cataluña en una ciudad sin ley. Esto no puede terminar bien».
Asegura que:
Y este es solo el primer párrafo. Y efectivamente esto no puede acabar bien porque hay gentes como Raúl del Pozo que escribe esta sarta de sandeces propias de Fernández de la Mora aquel que escribió «El Crepúsculo de las Ideologías». Lo malo es que este rebuzno para este tipo de personas no es nacionalismo de garrafa, sino patriotismo español del bueno. Los catalanes no pueden ser patriotas, pero él sí, y además excitar los ánimos del españolito de a pie con estas líneas que solo llaman al enfrentamiento verbal y físico. Este Raúl del Pozo es un broncas muy, pero que muy peligroso.
Y lo malo es que escribe muy bien, pero unta la pluma en una hiel de la peor especie.
Concluye que:
Si uno quiere hacerse abertzale vasco o independentista catalán que lea a este tipo de columnistas y que observe lo que hace esta clase de parásitos cuando hay un problema de verdad y lo único que saben hacer es lo que hemos visto hacer y escribir entre ayer y hoy.
Por su parte, Del Pozo le contesta este 15 de enero de 2016 desde su columna de El Mundo:
Hoy mismo Iñaki Anasagasti me difama y provoca en su blog. «Marine Le Pen -escribe- se queda pequeña comparada con ese periodista de ideas propias de Ramiro de Maeztu o de Blas Piñar». «Este Raúl del Pozo es un broncas muy, pero muy peligroso». Anasagasti me considera tan peligroso como el Rey de España. «Si a a esto se le une la falta de educación, la chulería, el desprecio que supone que un señor que va de Rey de España porque a su padre le puso allí Franco, y además se permite el descaro de no recibir a la presidenta de todo un Parlamento, que le pidió audiencia, sin que este Felipe mereciera tal visita y se la niega, como le ha negado al presidente Mas el agradecimiento cortés a los servicios prestados, cuando esa fórmula la ha empleado con su padre, mujeriego y corrupto personaje; y lo mismo con banqueros, políticos encausados y gentes de mal vivir, con lo que ya tenemos el lío armado». «Del Pozo -sigue- echando fuego, y por otra parte, el llamado Rey haciendo actos de indelicadeza política de esos que no se olvidan ni se pueden olvidar, porque si se olvida la cortesía parlamentaria y a este señor que se le paga precisamente por tenerla no la tiene, apaga y vámonos».
Precisa que:
No me doy por agraviado, porque es para mí un honor que me insulten por defender la Constitución que los nacionalistas -con la excepción de Urkullu- pisotean todos los días. Además me empareja con el Rey y me compara con Ramiro de Maeztu, de la Generación del 98. Pero no me digan que no tiene guasa que este político profesional, que milita desde antes de nacer en el partido de aquel vasco cercopiteco llamado Sabino Arana, se permita acusar a alguien de ultra. El padre del nacionalismo vasco se proclamó antiliberal y dijo que la invasión maketa representaba el crimen, el sufragio y el socialismo.
Y sentencia:
Bravo debe ser el gozque (perrito labrador) cuando ladra al elefante, dice la fábula. Ahora no pasa nada por xuquelar a los elefantes blancos como entonces, cuando la Transición; pero se está abusando de la provocación y de la injuria como se ha comprobado en la inauguración de las Cortes y en la Comunidad de Cataluña. De momento el pánico es puro teatro de Arrabal. Esperen unos meses: esto puede pudrirse.