Esto no es una noticia de El Mundo Today. Ignacio Escolar está enfadado. El periodista progre ve mal que otros colegas de profesión reciban premios, y encima los acepten–Los que piden respeto para Cassandra son los mismos que lapidaron a Hazte Oír–.
Dónde vamos a parar, se preguntará a estas horas el menor de los Escolar. Por eso ha puesto a toda su maquinaria a trabajar para intentar denigrar a Hermann Tertsch por aceptar un premio de ‘Hazte Oir’ por ir contra lo políticamente correcto. Eldiario.es ha puesto énfasis en el «carácter ultraderechista» de la organización–Una portavoz de Hazte Oír estalla ante la impertinencia de Ferreras: «Yo no le he faltado al respeto»–.
HazteOir da un premio a Hermann Tertsch por ir contra lo «políticamente correcto» https://t.co/rAHdxLWiNo
— Ignacio Escolar (@iescolar) 21 de noviembre de 2017
‘Hazte Oir’ comunicaba durante el martes 21 de noviembre de 2017 que premiaba a Tertsch y al dibujante de ABC, José María Nieto, por «su defensa de la libertad de expresión frente a lo políticamente correcto». El periodista ya ha dicho que aceptaba encantado el galardón. Y Escolar está que trina–Un periodista de Antena3 la lía parda al asegurar que «enviaría dos cazas para derribar» la avioneta de ‘Hazte Oir’–.
El panfleto de Escolar llama facha a HazteOir. Siempre estaré con el insultado por la jauría. Gracias por el Premio. https://t.co/fNqfC1rqDH
— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) 21 de noviembre de 2017
En la nota de eldiario.es se leen frases como esta:
Este reconocimiento al periodista es responsabilidad de la organización de ultraderecha HazteOír, que asegura que Tertsch es un defensor de las libertades «frente a lo políticamente correcto».
Y de paso, calzan, sin venir mucho a cuento, la siguiente información añadida:
Hermann Tertsch fue noticia hace unos meses tras ser condenado por injurias al abuelo de Pablo Iglesias, al que llamó «criminal».
ABC, el periódico en el que escribe, y Federico Jiménez Losantos le defendieron tras la decisión de la justicia. Además, vinculó los atentados de Barcelona de agosto con la «turismofobia».