Hasta ahora era un misterio el paradero de don Juan Carlos este lunes 18 de junio de 2018, día en que a primera hora de la mañana ingresaba en la prisión de Brieva su yerno, Iñaki Urdangarin. (La inesperada visita de doña Sofía el día del ingreso en prisión de Urdangarin).
El jefe del Estado y la reina Letizia se encontraban muy lejos en viaje oficial por Estados Unidos. La infanta Cristina no acompañó a su marido en su entrada en prisión y se quedó en Ginebra junto a sus hijos, y la reina emérita se fue a comer con su hermana la princesa Irene de Grecia a casa de la duquesa de Badajoz. (El escondite búnker de una cabreada infanta Cristina cerca de la cárcel del desesperado Urdangarin).
La única que tuvo una presencia pública fue la infanta Elena una vez recuperada su figura para representar a la Corona. A las siete de la tarde recibía en el palacio de El Pardo a los ganadores del premio de pintura infantil y juvenil que entrega todos los años Patrimonio Nacional. (El antiestético gesto de la infanta Elena hacia su destrozada hermana Cristina).
Según da cuenta ‘Vanitatis‘, el padre del rey Felipe VI estuvo al mediodía con la Infanta y sus nietos, Victoria y Froilán, en su domicilio del barrio del Niño Jesús. (La insoportable soledad de Urdangarin en una celda que ocupó Roldán: «Es como Spandau»).
Almorzaron juntos y a las seis de la tarde abandonó la casa por la parte posterior del edificio. Una zona por la que también se puede acceder y que utilizan muchos vecinos de la Infanta como la diputada Celia Villalobos. (El comprometido álbum de fotos de la reina Letizia y don Juan Carlos que oculta Casa Real).
Al ser un lugar poco transitado, los tres vehículos de alta gama aparcados en la calle más la numerosa seguridad que acompaña al ex jefe del Estado en sus desplazamientos fueron suficientes para saber que don Juan Carlos había preferido pasar el rato con su hija en vez de con su hermana la infanta Pilar.
Mintras tanto, en su celda, Urdangarin rezaba al parecer el rosario. Y es que, según Pilar Eyre en su blog de ‘Lecturas’, el exduque de Palma se ha abrazado a la fe para afrontar su condena.
Según desvela la periodista, una de las primeras preguntas de Urdangarin tras entrar en prisión fue «¿Cuándo hay servicios religiosos?», y es que uno de los condicionantes que influyeron a la hora de elegir prisión era que el asesor espiritual es el jesuita José María Fernandez Mattos, que ha escrito varios libros y lleva 30 años de servicio en prisiones, por lo que sabe entender y disculpar las mayores faltas. Además, la periodista le define como un hombre «bondadoso y culto». (Los secretos más inconfesables de don Juan Carlos y doña Sofía que quizá desconocías).
«El padre José María acude todos los domingos a Brieva a celebrar misa, pero en cualquier momento puede ser avisado para consolar y tratar a las reclusas, ahora también hará lo mismo con el único hombre de la prisión»,
informa Eyre.
Y es que la familia de la Infanta Cristina se ha refugiado en la religión desde que estallase la polémica, apoyándose en amigos cercanos al Opus Dei, incluso miembros de la Obra.
Las fuentes de la periodista confiesan que la familia reza el rosario todos los días, y que este se ha convertido en uno de los objetos personales con los que Iñaki habría entrado en prisión, acompañado de una imagen de la Virgen Blanca, patrona de Vitoria.
