"Eslovenia es un país independiente, estabilizado económicamente y, a pesar de su pequeñez, relevante en el ámbito internacional". "Los eslovenos fueron las víctimas y no los agresores"

La paja mental de una lanzada Pilar Rahola tras excitarse con el «éxito» de la mortífera vía eslovena

"¿A qué viene esta operación por tierra, mar y aire de crear un relato de violencia inexistente en Cataluña?"

La paja mental de una lanzada Pilar Rahola tras excitarse con el "éxito" de la mortífera vía eslovena
Pilar Rahola TV

La iracunda tertuliana y activista por el separatismo, está que se sale en su artículo titulado ‘La maniobra’, que ha publicado durante estas últimas horas en ‘La Vanguardia’ sin cortarse un pelo y con delirantes y peligrosos argumentos que le bailan el agua a su querido Quim Torra. (Ataque de histeria de Rahola contra Ferreras, Ana Rosa y Griso por decir «barbaridades» contra Cataluña: «¡Esto no es Bosnia!»).

A Pilar Rahola le trae al pairo que la Guerra de los Diez Días, con la que Eslovenia alcanzó la independencia se cobrara la vida de 60 personas y dejara a otras 300 heridas, y con ciudadanos de paso ‘borrados’ de un plumazo.

Para ella, lo importante es que, a su juicio, «los eslovenos fueron las víctimas y no los agresores, y que su historia es un relato de éxito, porque hoy Eslovenia es un país independiente».

Coincide así con la apuesta del presidente de la Generalitat, quien afirma que debe servir este conflicto como hoja de ruta para Cataluña, caiga quien caiga.

Su escrito queda así:

«De golpe, en un suspiro, hemos pasado del apaciguamiento a la amenaza. Pedro Sánchez ya no se muestra como el líder centrista y centrado que hablaba de diálogo y amansaba las fieras del «a por ellos». Perdida Andalucía, desaparecida Euskadi y revolucionada Catalunya, el miedo a perder Madrid ha pasado a la categoría de pánico. Y cuando se avecinan malos resultados, siempre hay una Catalunya para darle en el cogote.

Es así como se ha creado un relato de violencia allí donde no la había. Es cierto que la metáfora de Eslovenia que utilizó el president Torra era innecesaria y podía dar vidilla a los que no le quieren bien, allende el puente aéreo.

Pero tampoco se debe olvidar que los eslovenos fueron las víctimas y no los agresores, y que su historia es un relato de éxito, porque hoy Eslovenia es un país independiente, estabilizado económicamente y, a pesar de su pequeñez, relevante en el ámbito internacional.

Sin embargo, lo que debería quedarse acotado en un debate político sobre metáforas, trenes y vías, con la crítica pertinente, se ha convertido en un tsunami de criminalización, perpetrado en todas las televisiones, portadas de periódicos y radios del Madrid capital y sus alrededores, allí donde se cuece el destino de Catalunya.

¿Por qué? ¿A qué viene esta operación por tierra, mar y aire de crear un relato de violencia inexistente en Catalunya? ¿Por las declaraciones del president recordando la lucha eslovena por tener Estado propio? Eso puede gustar poco o mucho, pero formaría parte de la retórica clásica de un nacionalista catalán. Nada extraño, ni nada condenable. Entonces, ¿el relato de violencia es por las acciones de protesta de cuatro CDR? ¿En serio?

Porque pueden gustar poco o nada sus protestas -y personalmente estoy en contra de encapuchados, escraches y etcétera-, pero si el problema es una protesta levantando peajes, ¿qué deberían haber dicho todos estos voceros del «a por ellos» con las brutales protestas de los taxistas? ¿Y las grandes protestas antisistema que se han dado en Madrid en muchas ocasiones? ¿Y no es preocupante la impunidad de la extrema derecha en Valencia?

Pero no, resulta que todo esto es una menudencia, y en cambio lo de mentar a Eslo­venia o levantar peajes resulta el inicio de una sublevación. Una sublevación, y si le sumamos los Mossos, se trans­muta, al momento, en rebelión armada. Y ya está, ya tenemos Catalunya en guerra y el Estado preparando la defensa de la Constitución, la democracia y los toros. Mientras tanto, nadie habla de presos políticos y sus huelgas de hambre.

La cuestión es preguntarse por qué crear este relato, y la respuesta aterriza en las necesidades de un PSOE que urge de alguna acción contundente en Catalunya, para demostrar que tiene la vara de mando. Se avecinan inter­venciones en Catalunya, con 155 o con sucedáneos, pero estamos en la mirilla. Disparar a Catalunya siempre da réditos».

José María Rodríguez es redactor en Periodista Digital. @JMRMontero

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