El escritor rompe una lanza a favor de la trayectoria del rey emérito, y carga contra los que intentan acabar con él por causas ajenas a las institucionales

El guantazo de Ussía en los «morritos» de Corinna que cierra la boca a los detractores de don Juan Carlos

"Sin la Corona, España habría saltado ya pulverizada y muy probablemente estaríamos a tiro limpio, lo cual no debe asustarnos porque no habría sido la primera vez"

El guantazo de Ussía en los "morritos" de Corinna que cierra la boca a los detractores de don Juan Carlos
El Rey Juan Carlos y Corinna, en otros tiempos. CR

Don Juan Carlos ha sido un gran Rey. Un Rey de España extraordinario que ha cometido errores y ha vencido con holgura en aciertos

El artículo de Alfonso Ussía publicado este unes 16 de julio de 2018 en su tribuna de ‘La Razón‘, pone los puntos sobre las ídes y no deja ninguno en suspenso, más que a quienes intentan cargarse la imagen del rey emérito por intereses ajenos a los meramente institucionales. (Tertsch y Losantos acorralan a Pedrojota Ramírez por alentar el acoso y derribo a Felipe VI publicando los chismes de Corinna).

Con el título ‘La morritos’, arremete contra Corinna tras las nombas que ha soltado contra don Juan Carlos, calificándola de «una rubia que no es rubia, y con más bótox en los labios que la viuda del Pingüino, Cristina Fernández de Kirchner«. (La revelación sobre el día más terrible del rey Juan Carlos y Corinna: «¡A la mierda!»).
El escritor y periodista no se anda por las ramas a la hora de defender el honor del monarca, atizando de paso, entre otros, a Pilar Urbano, y afirmando que

«sin la Corona, España habría saltado ya pulverizada y muy probablemente estaríamos a tiro limpio, lo cual no debe asustarnos porque no habría sido la primera vez. Pero que una prensa dócil y amaestrada, por una frivolidad ponga en peligro la estabilidad de lo que nos une, la Corona, eso sí que no, venga la cloaca de la opusina, o de Roures, o del comisario Villarejo«. (El grave ataque de ansiedad del rey Juan Carlos y los agudos planes secretos de doña Sofía para ayudarle).

Sin perdón, no excusa sin embargo el ‘desliz’ del marido de doña Sofía:

«De cuando en cuando, y siempre con el mismo origen envenenado se usa de una morritos para desequilibrar a favor del resentimiento la balanza institucional del Rey Don Juan Carlos. No pienso defender lo indefendible, y enamorarse de esa morritos ambiciosa, pretenciosa y de codicia compulsiva no tiene perdón. Pero estoy escribiendo de una pasión, y las pasiones son siempre estados de anormalidad y enfermedades graves».

Así, sale en su defensa:

«Don Juan Carlos ha sido un gran Rey. Un Rey de España extraordinario que ha cometido errores y ha vencido con holgura en aciertos. El resto es todo cizaña y cenizas que se lleva el viento. Del Rey Don Juan Carlos guardará la Historia sus fechas fundamentales, sus hechos fundamentales y su fundamental presencia y constancia para devolver a España la libertad. El resto forma parte del chismorreo, que por otra parte, como todos los españoles, también es libre».

Admite que al Rey no le gusta este tipo de defensas:

«porque conllevan un reconocimiento de culpa. Es curiosa la cueguera masculina. Un hombre, formado desde niño para conocer y tratar a todo tipo de gente, pierde la cabeza como un cadete de Infantería por una rubia que no es rubia y usa la identidad matrimonial de su primer pasado. Una rubia que no es rubia, y con más bótox en los labios que la viuda del Pingüino, también comisionista, Cristina Fernández de Kirchner.

Ahora, entre la irredenta franquista Pilar Urbano, que va por otras piezas, y las cotillas republicanas que llevan decenios viviendo de la Corona, ha surgido lo de la residente en Mónaco. Por supuesto, en los modestos sectores monárquicos del periodismo, el silencio y la prudencia han prevalecido sobre otras reacciones. Garzón, el comunista del mes de luna de miel en Nueva Zelanda ha dicho que el Rey, como todo Borbón, es un ladrón. Aquí en España hemos llegado al punto de la pendencia callejera.

Yo tendría que responder a Garzón que como todo comunista, él es un defensor del genocidio. Y no es el camino. Aquí tenemos la oportunidad de distinguir entre la herencia política e institucional de un gran Rey y algunas de sus frivolidades más decepcionantes. Y una de ellas, la más grave por el comportamiento de quien compartió su frivolidad, es la de los morros y la residencia en Mónaco. Ahora se ha sabido que actúa de correveidile de los petrodólares y comisionista de altura desde muchos años antes de conocer al Rey.

Lo que ha pasado es el tiempo de la nuca inclinada. Aquí hay que empezar a defender las parcelas de cada uno. Si el Rey es insultado con injusticia, la injusticia tiene todo el derecho a volar en dirección contraria. Vivimos con el temor social que la política impone sobre el dinero. Un conocido banquero hablaba de un político en una cena privada. -Además de un ladrón y un sinvergüenza, es un cobarde. Me invita porque sabe que si muevo un dedo, va a la cárcel-; -¿Y por qué no mueves un dedo?-, le pregunté. -Porque yo iría a la cárcel con él-. Esos son los valores de nuestra sociedad.

Escrito esto. La de los morros se ha tirado al monte y ahí se halla. Los escandalizadores ignoran que a un 90% de los españoles sus vilezas se las refanfinflan. Y nos queda el perseguido, calumniado, insultado y magnífico Rey Juan Carlos. Convirtió en una democracia lo que fue una dictadura; se desprendió de todos sus poderes y los entregó a la soberanía popular.

Se erigió en el mejor embajador de España. Nuestro país se colocó en el pelotón de cabeza del mundo. Nos dotó de una Constitución y nos sacó algunos tanques de la sopa. España se convirtió en una nación querida y respetada. Eso ha sido, muy en resumen, el Rey Juan Carlos. ¿Qué ha cometido errores? A puñados. Pero no institucionales».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído