El leer rápido, o la falta de cultura en general, puede que sea la explicación a lo ocurrido durante estas útimas horas entre un tuitero algo impulsivo y Arturo Pérez-Reverte, que no se corta ni afeitándose.
Y todo a cuenta de querer intervenir el listo de turno en la respuesta del escritor sobre el aborto, a raíz de un tuit de Edu Galán, fundador de la revista Mongolia, sobre Pablo Casado y su opinión sobre el aborto, que aseguró en campaña de primarias que «había que volver a los consensos de los años 80 en materia de ley del aborto y eutanasia»
A mi es que un político me dice que está en contra del aborto y ya me da igual todo lo demás.
— Edu Galán (@edugalan) 21 de julio de 2018
La contestación era esta:
¿Alguna vez intentaste, buceando, sacar un pulpo grande arponeado, entanado, que se resiste con las patas abiertas a que lo saques del agujero?… Pues eso. Así estamos desde Trento. O desde antes. Y mira que tal, oye. Pero no hay manera. El maldito pulpo.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) 25 de julio de 2018
Y ahí entró a saco el mentado cayendo en redes ajenas y acabando como un merluzo:
Dice mucho de su humanidad comparar a un niño con un pulpo. Gracias a Dios la obra es mejor que el autor; estará, igualmente, orgulloso de ello.
— Toni Gallemí (@tgallemi) 25 de julio de 2018
Y el arponazo no se hizo esperar:
Estimado amigo, no se me ofenda, pero usted (si me permite el desapasionado símil) es más simple que el mecanismo de un sonajero. El pulpo no es un niño, sino la Iglesia Católica. Si quiere le hago un dibujo.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) 25 de julio de 2018
El tuitero, trató entonces de arreglar el desaguisado, ya totalmente hundido:
Gracias por la respuest, don @perezreverte. No me ofendo; deba entender que, para lo que usted es un agujero, para otros es luz. Y parece, al menos, que usted no cuenta con ello.
— Toni Gallemí (@tgallemi) 25 de julio de 2018
El bevolente literato dio entonces por zanjada la cuestión:
Nací en 1951 y fui niño en una España donde las familias y su felicidad se regían desde púlpitos y confesonarios. No estoy dispuesto a que mis nietos, si los tengo alguna vez, sigan sufriendo las consecuencias. Respeto a quienes tiene fe religiosa, pero no a quienes la manipulan.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) 25 de julio de 2018
Arturo Pérez-Reverte: «El ser humano es un hijo de puta»