Lo cuenta Beatriz Cortazar en su videoblog Alerta Rosa de Chic, y echa por tierra las esperanzas de muchos admiradores de la reina Sofía, que veían en su estrecha amistad con el viudo de la Duquesa de Alba, Alfonso Díez, una especie de salvavidas para su amarga y solitaria vida. (El día en que Alfonso Díez casi se queda tuerto por ‘culpa’ de la reina Sofía).
Parece ser que la «amistad entrañable» que ambos mantenían se ha ido al garete. Y todo por culpa de las especulaciones de la prensa rosa y los titulares que protagonizaron ambos los que han hecho que se haya puesto punto final a una amistad que comenzó cuando Cayetana de Alba estaba ya muy enferma, y Doña Sofía llamaba a menudo para interesarse por ella. (La lista secreta de los hombres que han estado enamorados de doña Sofía).
Atrás han quedado aquellos tiempos en que la emérita y el funcionario entablaron una relación de amistad en la que hablaban de sus cosas y «de sus películas», porque ambos son muy aficionados al cine. (El deslenguado Peñafiel bucea en el baúl de los recuerdos para sacudirle otra leche a la Reina Sofía).
Pero dice Cortázar que con la que está cayendo sobre la Corona entre unas cosas y otras, a la Casa Real ya solo le faltaba eso, y se optó por cortar por lo sano como se pudo comprobar en la reciente boda de Fernando Fitz-James Stuart y Solís, nieto de la Duquesa de Alba, y Sofía Palazuelo en el Palacio de Líria. (El tremendo zasca de doña Sofía a un invitado en la boda de los Alba por mentar a su marido).
La Reina Emérita acudió al enlace en representación de la Familia Real pero durante el tiempo que estuvo (no se quedó al banquete) ni saludó, ni se cruzó, ni se encontró con el que fuera su «amigo entrañable».
La Duquesa de Alba se enfada con la reportera
