El 'Sherlock Holmes” de los cadáveres, lleva cinco décadas ayudando a resolver asesinatos. Algunos casos, dice, cerrados en falso

El forense Luis Frontela: «En el crimen de Alcàsser había dos pelos más»

El forense Luis Frontela: "En el crimen de Alcàsser había dos pelos más"
Crimen de Alcàsser

Es el forense más controvertido de España, aunque también, en el más reconocido. Sus Las investigaciones en medicina legal, que en ocasiones llegan hasta donde no lo hacen las de sus colegas, de Luis Frontela, le han otorgado prestigio nacional e internacional en materia criminalística.

En un entrevista en ‘El Español’, repasa el caso del crimen de las niñas de Alcásser el 13 de noviembre de 1992, entre otros. Miriam, Toñi, Desirée y Esther, las cuatro amigas de 14 y 15 años que iban a ir un viernes a una fiesta que celebraba su instituto en la discoteca Coolor de Picassent, a unos 2 kilómetros de su pueblo.

Miriam telefoneó desde allí a su padre, Fernando, para pedirle que las acercase a las tres a la discoteca. Pero Fernando también estaba muy constipado y se había metido en cama. Se disculpó porque no podía levantarse, coger el coche, ir a casa de Esther, llevarlas a la fiesta y volver a encamarse. Las tres niñas decidieron entonces hacer autoestop. Paró un Opel Corsa en el que viajaban Antonio Anglés y Miguel Ricart, dos delincuentes de poca monta de un pueblo cercano llamado Catarroja. Las tres niñas se subieron en el coche aquel fatídico 13 de noviembre de 1992.

Los apicultores José Sala y Gabriel Aquino caminaban por una montaña de Tous (Valencia) la mañana del 28 de enero de 1993. Fueron a comprobar las colmenas porque tenían miedo de que las heladas hubiesen matado a las abejas. Aquino se sentó tomar aire en una piedra, a la altura del barranco de La Romana. Al sentarse miró a su derecha y vio que del suelo salía una mano.

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Los cadáveres de las niñas, desmembrados, aparecieron envueltos en una alfombra. El por entonces secretario de Estado para la Seguridad en el Gobierno de Felipe González, Rafael Vera, llamó a Luis Frontela para que se sumase al equipo forense.

«Luis, te necesitamos, súbete al primer avión y vente a Valencia», cuenta Frontela que le dijo Vera. Ese mismo día, el doctor aterrizaba en el aeropuerto de Manises.

En aquella alfombra, Frontela encontró cuatro pelos distintos. Dice estar seguro de que uno era de Anglés y otro de Ricart. Pero que aún tenía que hacer un análisis «más exhaustivo del cabello».

«De repente, me llamaron desde la Comandancia de la Guardia Civil en Valencia. Me pidieron que entregase esas muestras. No sé qué hizo con ellas. Pero era evidente que no eran pelos de los dos hombres a los que inculparon. Ya no me dejaron analizarlas más».

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