Juan Ramón Martínez Minuesa, más conocido como Cake Minuesa, los tiene como el caballo de Espartero.
Es abogado de formación, pero siempre ha ejercido de periodista, de los buenos, de los que ya no llevan por estas latitudes. Y no se asusta por nada.
Pues bien, este 10 de mayo de 2021, cuando pretendía hacer su trabajo, una banda de policías autonómicos vascos se lo llevaron a empujones y rodillazos, para impedirle preguntar al ministro Iceta sobre el traspaso de las competencias en Prisiones al País Vasco, última cesión de Pedro Sánchez al nacionalismo para garantizarse el apoyo del PNV al Gobierno socialcomunista.
El comportamiento más propio de matones de los ertzainas, que forman parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, es intolerable y merece que se abra con carácter de urgencia una investigación para depurar responsabilidades.
Como se observa en el vídeo, el ataque de los agentes es clamoroso.
Muy lamentable esto. Pero qué cojones hacen los ertzainas? Da mucha rabia!!!!
Es un claro abuso policial.
Espero que @cakealatake
ponga una denuncia.
Espero tambien que la @fape_fape reaccione y condene esto. https://t.co/SekTxnPr2L— Benjamín López (@benjalh1971) May 11, 2021
Justo cuando el reportero acababa de pronunciar dos palabras, «señor Iceta…», la cámara recoge nítidamente cómo dos guardaespaldas agarran al periodista y se lo llevan a la fuerza hacia el lugar donde se encuentran dos agentes de la Policía autonómica vasca.
Sin mediar palabra alguna, y mientras CiudadanOK pregunta «qué pasa, soy prensa», la nube de ertzainas le rodea y se lo lleva a empujones.
Según lo van empujando, ahora sí, un agente justifica su actuación en que «la prensa tiene su lugar para estar, no para meterse en medio y venir a provocar».
Si la policía autonómica se lleva por la fuerza a un informador con la excusa de que “vienes a provocar”, cualquier periodista, de cualquier medio, puede ser víctima de la actitud censora de cualquier policía que se arrogue la condición de verificador del trabajo de los medios.
Por supuesto que ese no es el comportamiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, razón de más para que la Consejería de Interior del Gobierno vasco abra una investigación. Y si no lo hace será responsable de lo ocurrido.
Utilizar a una policía autonómica como policía de partido es propio de regímenes totalitarios. No estaría de más que el Gobierno condenara lo ocurrido.
Y si todo obedece al exceso de celo de unos agentes incapaces de entender que su papel no es el de ir contra la prensa, sino precisamente el de facilitar su trabajo, la solución es muy fácil: el Gobierno vasco expresa su rechazo más enérgico a lo ocurrido y expedienta a los ertzainas.
Hay motivos más que fundados para pensar que los agentes cumplían órdenes.
Lo ocurrido representa un atentado a la libertad de información que este periódico no está dispuesto a tolerar.
. Ante el matonismo, ni un paso atrás. Ni con 100.000 rodillazos.
¡Viva Cake!