Las encuestas hay que cogerlas siempre con pinzas.
Los más veteranos y cínicos de esta profesión, tan divertida y desventurada, que es el PERIODISMO, suelen decir que la encuesta es para quien la paga, dando a entender que sus resultados suelen adaptarse a los intereses del que la financia.
Dicho esto, tenemos sondeos y parecen significativos.
Según el Barómetro Global sobre la corrupción en la Unión Europea, 6 de cada 10 españoles, consideran que el Gobierno Sánchez no ha sido transparente con la pandemia de coronavirus.
Pocos me parecen, en un país en el que el presidente socialista, sus 22 ministros y numerosos compinches, han ocultado 50.000 cadáveres.
Tenemos otras encuestas y todas coinciden que en que al menos 6 de cada 10 españoles están en contra de los indultos que Sánchez va a dar a los golpistas catalanes.
Eso no quiere decir que, de cada 10 españoles, haya cuatro a favor de la ignominia.
6 están claramente en contra y los 4 restantes, no saben, no contestan, dudan o apoyan al felón, porque también hay paisanos –incluidos el extremeño Fernández Vara, todos los presidentes autonómicos socialistas y un nutrido contingente de afiliados al PSOE o a Podemos– que se sienten más cercanos a los proetarras vascos y a los independentistas catalanes, que a los 125.000 ciudadanos que el pasado domingo protestaron en la Plaza de Colón de Madrid.
Al rebufo de lo que ocurrió en Colón, hoy, en el Congreso de los Diputados, le han sacudido una buena “ensalada de palos a Sánchez, ‘El Indultador’”.
Nosotros, como hoy Abascal, Arrimadas y Casado, no vamos a darle respiro a Pedro Sánchez y sabemos que ustedes tampoco.
La duda es si los jueces del Tribunal Supremo se mojarán de verdad y pondrán coto a esta ignominia, u optarán por ponerse de perfil.
Pedro Sánchez tiene la cara de cemento armado y dentro de unos días, coincidiendo con el anuncio de que ya no será necesario ir embozado con mascarilla por la calle, hará que el Consejo de Ministros firme el indulto de Junqueras y sus compadres.
Se van a retratar todos, incluidos por supuesto los tres jueces que tienen cartera ministerial, – Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles y Juan Campo– y también Nadia Calviño, ministra de Economía.
Cito a estos 4 porque existe la tendencia, en los periódicos y programas de radio críticos con el Gobierno PSOE-Podemos, a presentar ingenuamente a Calviño o Robles como elementos razonables, moderados y positivos del Gabinete.
Lo mismo que se hace con Fernández Vara, Lamban o García Page, dentro del PSOE.
Es una estafa: todos, sin excepción, son responsables colegiadamente y todos dicen amén y se abrazan a etarras y golpistas cuando lo manda el amo.
