Ayer les contaba que Camila Acosta, corresponsal del diario ABC en La Habana, había sido detenida por la policía política del régimen castrista.
Hoy sabemos que va a ser procesada por «delitos contra la seguridad del Estado», la acusación a la se enfrentan los disidentes y cualquiera que aparezca como sospechoso en esta Cuba que tanto gusta a Iglesias, Garzón el de las chuletas y el chavista Monedero.
Además de Camila Acosta han sido arrestados una veintena de periodistas cubanos.
Sabemos que el director de ABC ha pedido al Gobierno Sánchez que intervenga para que pongan en libertad a Camila, pero pincha en hueso, aunque ahora en lugar de Arantxa González Laya este José Manuel Albares a cargo del Ministerio de Exteriores.
El Ministerio habrá cambiado de titular, pero los amigos del Gobierno Sánchez siguen siendo los mismos: todos los facinerosos y represores al frente de las dictaduras comunistas en América.
