Hay quien ha bautizado a los Juegos Olímpicos de Tokio como los Juegos ‘de la turra moralista’.
Y es que estamos asistiendo a una ideologización absurda de cada uno de los gestos, situaciones en la competición o medallas, y además, a una victimización antes de que pase nada. La venda antes de la herida cuando, normalmente, no hay ni herida. Que si los negros, que si los homosexuales, que si los que que se peinan así o asá.
Lo más grave es que en ocasiones, incluso, todo esto viene partiendo de los propios deportistas.
Vaya de antemano que en este periódico, Periodista Digital, publicamos una nota sobre la épica de Ana Peleteiro en su competición del triple salto femenino. Una final histórica que recordaremos siempre y en la que tres mujeres negras campeonaron y dieron un espectáculo sin igual. Yulimar Rojas, con récord del mundo incluido, la poderosa Mamona portuguesa y nuestra española Ana Peleteiro.
Lo malo es que la gallega, nada más ganar, se acordó de quienes… ¿se habían metido con ella? ¿Realmente alguien?
Por suerte este 3 de agosto de 2021 escribe la columnista de Vocento, Rosa Belmonte, con brillantez, al respecto del Victimismo ficticio, en Las Provincias:
‘Victimismo ficticio’. pic.twitter.com/rdlhZ5sgV0
— Rosa Belmonte (@rosabelmonte) August 4, 2021
Al victimismo normal se ha acoplado el vistoso ficticio, inventado. […] Ahora Ana Peletero gana el bronce en el triple salto (bien por ella) y volvemos a lo mismo.
Ella: «Que los dos medallistas fuéramos negros le joderá a mucha gente». ¿A quién? ¿A Hitler en el 36? Peleteiro posó orgullosa con la bandera española. Juan Carlos Monedero: «Es curioso que cuando la bandera española se identifica con algo hermoso, la derecha se indigna». Tolili, pero ¿quién se ha indignado? Niurka Montalvo, oro en Sevilla 99 salto en longitud, también paseó la bandera. Y se metió en el PP.
El absurdo empezó con Simone Biles
La misma Rosa Belmonte escribe en Chic (Libertad Digital), después del bronce en barra de Simone Biles:
La americana ha acabado los Juegos sobre la barra de equilibrios. Bueno, clavando el ejercicio en el suelo. Si doble-doble. Pero con una sonrisa. Con la medalla de bronce y el oro en nuestros corazones. Esto es broma, claro.
De nuevo genial Belmonte, matizando que es broma, porque son muchos los que se han tomado muy en serio esas chorradas sobre la gimnasta americana que se retiró de algunas competiciones por problemas de ansiedad y han hecho de ella una bandera no se sabe muy bien de qué. Son los participantes de la ‘corriente Biles’.
Los Juegos de la turra moralista amenazan con seguir y propagarse en el tiempo. Mejor, cierren Twitter, porque opiniones como las de Alfonso Reyes brillan por su ausencia:
Cuánto me alegro cuando uno de los nuestros consigue una medalla en #JJOOTokyo2020. Sin importarme que sea hombre, mujer, blanco, negro, católico, musulmán, concebollista, sincebollista, de izquierdas o de derechas.
Y sin ir más allá ni usarlo para atizar al otro. Seré rarete.— Alfonso Reyes (@alfreyes14) August 4, 2021
