¿En qué quedamos?
¿Es Madrid un infierno machista o un lugar estupendo para vivir si eres gay o mujer?
La pregunta va dirigida al progresista ibérico, también conocido como ‘progre nacional’, siempre dispuesto a chapotear en sus contradicciones.
Ha tenido que suceder lo de Afganistán para que todo el tinglado tremendista, victimista y absolutamente sobreactuado del que viven nuestros ministros, ministras, tertulianos, tertulianas y memos varios, se venga abajo.
Resulta casi enternecedor ver como desde la izquierda española, los progres de los mismos que hace una semana decían que España, y especialmente Madrid, son un infierno para las mujeres y los homosexuales, ahora están cacareando que es el paraíso y que vengan en masa los afganos, sobre todo gays, a disfrutarlo.
Y todo con la complicidad de los medios de comunicación, de los ricos, subvencionados y teóricamente importantes.