Me duele que no sea el inicuo indulto a los golpistas catalanes o su chalaneo con los herederos de los terroristas etarras lo que se lleve por delante al mentiroso líder del PSOE.
Al final no van a ser sus traiciones a la Patria, sus trampas e incoherencias lo que acabe con Sánchez, sino su ineptitud, su incompetencia, su incapacidad para hacer frente a la factura de la luz, pero bienvenido sea, porque lo importante es que ese tipo y sus siniestros compinches salgan de La Moncloa y España empiece a recuperar la cordura y la decencia.
Nos quedan sin duda muchos tragos amargos y en los dos años largos que aparentemente restan hasta las próximas elecciones generales es seguro que Sánchez y su cuadrilla perpetraran todavía un montón de tropelías, pero no hay mal que 100 años dure y a la primera, en cuanto podamos votar, los vamos a echar a la calle.