Clave Editorial

El Gobierno Sánchez tiembla: el ‘pucherazo’ de Batet y el duro aviso de la Unión Europea

Decía Albert Einstein que hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo, decía, no estoy seguro.

A mí, personalmente, que una persona sea estúpida, ignorante, poco ávida, tonta… no me preocupa. Además hay que ser realistas: en España hay más tontos que botellines.

Como me preocupara la existencia de tal cantidad de tontuna con la que me encuentro cada día pues es que no podría ni dormir. Además, cuantos más tontos haya evidentemente habrá menos competencia en el sector de los inteligentes.

Pero os tengo que confesar una cosa: lo que sí me fastidia, y mucho, y entiendo que a ustedes también, es tenerle que pagar el sueldo a los inútiles y lelos. Y de esos hay bastantes en el Congreso de los Diputados, en el Gobierno y en el sector público, como concepto general.

Y, como ciudadano que paga religiosamente los cada vez más brutales impuestos que soportamos en España, tengo que confesar que me hirvió la sangre al ver el semejante ridículo y bochorno que sus señorías, como si estuvieran en el patio de un colegio, protagonizaron durante la votación de la Reforma Laboral.

Aquí varias cosas que comentar:

1) que esta Reforma laboral no era más que un engaño del Gobierno PSOE-Podemos: no es ni reforma, como mucho una reformita porque el groso de la Reforma laboral del 2012 queda intacto, ni tampoco va a mejorar la vida de los españoles en nada; pero, era desde luego, el buque insignia del Gobierno.

Nos venían dando la matraca con esta Reforma Laboral desde que llegaron al poder. No se podía permitir, por muy light que fuera, que se salieran con la suya. Que engañaran a todos los españoles, incluidos a sus propios votantes.

2) Finalmente, como saben, al menos por el momento, hay que esperar a lo que diga el Tribunal Constitucional, está aprobada. Y se aprobó gracias a un diputado del PP que estaba con cagalera en su casa y votó telemáticamente. Se preguntarán cómo es el sistema de votación telemático del Congreso. Os contesto: no hace falta saber de logaritmos, no hace hacer una raíz cúbica, ni mucho menos empaparse con la Teoría de la Relatividad: SI, NO, Abstención. Confirmar. ¿Quiere usted confirmar lo votado? Confirmar.

Esto es el sistema de votación telemático: tres opciones y dos confirmaciones. No hay más. Unos cuantos diputados, también otros del PP, tuvieron que votar de forma telemática por justificación médica. No reportaron ningún tipo de problema informático: votaron que SI o que NO a esa reforma laboral y todo bien. Sin embargo, el pobre de Alberto Casero, el diputado del PP que votó que sí a la Reforma Laboral de Yolanda Díaz, casualmente, según afirma, tuvo un problema informático. Más bien tuvo tres. Porque votó tres veces mal en tres votaciones distintas esa misma tarde.

En cualquier caso, los servicios informáticos del Congreso pueden ver la trazabilidad del voto, lo que ha votado, y todos saldremos de dudas. Desde luego, mi consejo para Alberto Casero, es que es preferible quedar de tonto que de mentiroso. Espero que no se confirme que hubo un error humano y no informático, como asegura.

3) La tercera cuestión que debemos comentar es la que atañe a Meritxel Batet, la Presidenta del Congreso de los Diputados: como se puede comprobar en los vídeos del Congreso y en todo lo que ha quedado registrado no ha sabido ni estar a la altura de las circunstancias, se le veía completamente ida y fuera de lugar, y por su torpeza o, sabe Dios si maldad socialista, cometió un presunto delito de prevaricación además de quedar como una absoluta mentirosa demostrando que el carguito de ser la tercera persona con más poder en España es indigno para ella. Le queda muy grande.

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