Pintan bastos para Pedro Sánchez y sus compadres y pintan oros para Alberto Núñez Feijóo y compañía.
De celebrarse hoy elecciones generales, el PP sacaría más de 130 diputados, que sumados al medio centenar de VOX, dan al centroderecha una mayoría absoluta holgada.
Es lo que dicen todas las encuestas. Hay alguna en la que incluso se pronostica que el PSOE, que cae por debajo de los 100 escaños, no ganará ni un sola de las 52 provincias y en varias -como Madrid, Valencia, Alicante, Murcia o Almería- quedará como tercera fuerza, por detrás del partido de Santiago Abascal.
Quedan diez meses para las elecciones municipales y autonómicas y el panorama para los socialistas es cada vez más negro, porque la crisis económica se agudiza, la inflación sigue desbocada y el precio de las hipotecas sube como la espuma.
Un cacharrazo electoral en mayo del 2023, provocaría de forma indefectible el hundimiento total de Sánchez en las generales de finales de año.
No está todo el pescado vendido, entre otras razones porque Sánchez -aunque esté en los minutos de la basura- sigue controlando el BOE y los principales canales de televisión, cadenas de radio como la SER, periódicos como El Pais y toda una corte de paniaguados, que difunden sin rubor las mentiras oficiales y tapan sus pifias.
En esa ‘beautiful people’ sanchista, donde militan desde banqueros a ejecutivos del IBEX, pasando por presentadores, artistas y empresarios de renombre, quien no está a la subvención o al enchufe, opera a la caza de fondos europeos.
Lo de arrimarse al sol que más calienta es muy español, casi tanto como lo de acudir en auxilio del vencedor.
Subrayo esto último porque seguro que han notado ya el creciente número de oportunistas que, de la noche al día, descubren que han sido toda la vida fervientes admiradores de Feijóo.
El personal comienza olfatear que el líder del PP será el próximo presidente y corre a posicionarse cerca, por lo que pueda llover en el futuro, en forma de cargo, tertulia o lo que sea.
A mi me cae bien Feijóo. Lo conozco desde hace mucho. Hemos cenado juntos unas cuantas veces. Contesta siempre a mis Whataspps y creo que será un espléndido gestor.
Feijóo es mucho más político de lo que era Rajoy, pero por el bien de España, para poner punto final a muchas memeces, no estaría mal que a la hora de la verdad, cuando llegue el momento de formar Gobierno, negociar programa y ocupar La Moncloa, los votos de VOX y la opinión de Abascal sean imprescindibles.
Quizá se acabaría una etapa, tan larga como triste, marcada por el pasteleo y la claudicación ante los facinerosos.
