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Lógico, por tanto, que José Manuel García-Margallo fuese escogido por Mariano Rajoy para llevar el peso del Ministerio de Exteriores y que ahora ocupe un escaño de eurodiputado en las filas del Partido Popular.
El veterano político, que acaba de sacar libro, ‘España en su laberinto’, departe con Periodista Digital para hablar de diversas cuestiones que atañen a la política, a la economía y al quilombo judicial que hay en torno a la renovación del CGPJ.
A García-Margallo le preocupa especialmente la deriva autoritaria que ha emprendido el Gobierno de Pedro Sánchez.
Asegura el miembro del PP que el inquilino de La Moncloa está en una fase en la que trata de saltarse todo tipo de controles parlamentarias y que todo quiere imponerlo por sus ‘reales decretos’:
Sánchez ha convertido el Parlamento en un parque temático para el día de las puertas abiertas. Utiliza el decreto ley, se niega a convalidar los decretos leyes, no acepta las comisiones de investigación… Mire, el Parlamento se convierte en correa de transmisión del Ejecutivo, trasladando ahí también las tensiones que se producen en el Gobierno.
Critica el intento de politizar hasta la náusea del Consejo General del Poder Judicial:
En el tema del Poder Judicial, desde hace mucho tiempo, la Unión Europea, y el informe del Estado de Derecho de 2022 es muy claro, dice que hay que evitar la colonización del Poder Judicial por parte de los partidos políticos porque la pelea siempre está ahí. En el Estatuto de Cataluña, de los 14 artículos que el Tribunal Constitucional declara nulos, la gran mayoría eran los que se referían al Consejo General del Poder Judicial porque los nacionalistas en el Gobierno lo que querían era elegir a los jueces que eventualmente les pudiesen juzgar por haber metido la mano en la caja.
Si los partidos políticos eligen a los jueces, es como si usted puede elegir a su inspector de Hacienda, que sería algo que le facilitase más la vida, pero que no me parece el modelo de independencia que se busca.
Considera al presidente del Gobierno socialcomunista un autócrata de tomo y lomo por no tratar donde debe asuntos que afectan al conjunto de España y a la propia integridad del país:
Pedro Sánchez es un autócrata, esta forma de llevar el Ejecutivo en la que, por ejemplo, el ministro de Exteriores diga en las Cortes que él se ha enterado del cambio de postura con el Sáhara por la portada de El País es algo que no deja de ser chocante. Es algo que no se discute ni en el Consejo de Ministros y que por supuesto tampoco se llevó al Parlamento.
Y pone en seria duda que España pueda considerarse no ya como una democracia sólida, sino que hasta cree que está en juego la propia democracia:
Si ahora controla el Poder Judicial, controla el CIS, la Fiscalía, etcétera, pues estamos en una situación de una democracia muy débil, si es que aún se puede hablar de democracia.