Aplauso a rabiar de Alfonso Ussía a Carla Toscano.
El articulista de El Debate, en su tribuna diaria, resalta la avidez mental de la diputada de VOX cuando se refirió al principal mérito que adorna a Irene Montero a la hora de hacer carrera política.
Al mismo tiempo, el escritor le pega un tirón de orejas a medios no sanchistas, incluido el suyo propio, y a partidos de la misma esfera, por haber comprado la mercancía escacharrada puesta en circulación por la extrema izquierda española:
Titula ABC: «Podemos utiliza los excesos de Vox para rescatar a Irene Montero». Lo mismo en El Mundo y también en El Debate. Una versión unidireccional que tiene muchas interpretaciones. Carla Toscano recordó a la histérica e inculta violenta que insultó a los jueces, de ser ministra por haber estudiado profundamente a Pablo Iglesias. No se trata de ninguna grosería. Yo tengo estudiados, y bien estudiados, a mis familiares y mis amigos.
Cuca Gamarra lamenta la incursión en asuntos personales de la parlamentaria de VOX. No lamentó públicamente que a su compañera de partido, Isabel Díaz Ayuso, le dijeran «nazi, puta y asesina». Ahí no se contemplan distintas interpretaciones. Son insultos y calumnias.
Ussía no considera que Toscano fuese grosera, sino más bien lo contrario, alguien que supo destacar una virtud en el adversaria ideológica:
Creo que una mujer que convive con un hombre, y comparte chalé, jardín, barbacoa, seguridad y, lo más importante, tres hijos en común, tiene que haber estudiado profundamente a ese hombre, y conocer, gracias a sus profundos estudios, sus estados de ánimo, sus preferencias culinarias, sus series de televisión, y sus intimidades. Otra cosa es el victimismo iracundo de su reacción, que amén de violenta, resultó bastante ordinaria.
Recuerda que hace años no se armó ninguna escandalera porque Pablo Iglesias dijese de Ana Botella que ella no habría sido alcaldesa de no ser por estar casada con José María Aznar:
Su hombre, años atrás, acusó a la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, de serlo por su matrimonio con Aznar. Seguro estoy de que Ana Botella ha estudiado profundamente a su marido, y que esta seguridad mía nada tiene que ver con una ofensa. Es lo lógico. Pero hay diferencias. Ana Botella es licenciada en Derecho y técnico de Administración del Estado. Se presentó como número 2 en la lista del PP en las elecciones municipales. Ganó el PP y fue alcalde el número uno de la candidatura, Alberto Ruiz-Gallardón. Al dimitir éste, Ana Botella, como primera teniente de alcalde, se convirtió en alcaldesa de Madrid.
También resalta el columnista de El Debate que si alguien ha mostrado actitudes machistas y violentas verbalmente ese ha sido el fundador de Unidas Podemos:
Pablo Iglesias, el estudiado, deseó públicamente azotar hasta que le vertiera la sangre a Mariló Montero. Aplaudió los acosos programados a Rita Barberá, Cristina Cifuentes, Begoña Villacís y Macarena Olona, muy del gusto –los acosos violentos e insultantes– de Irene Montero.
Y concluye asegurando que toda la pólvora gastada en arremeter contra Toscano es de una necedad supina:
Estudiar profundamente al ser amado, a la pareja de hecho, al conviviente, no puede ser tomado como un insulto vejatorio. Lo que hizo Carla Toscano fue elogiar la capacidad de estudiar profundamente de Irene Montero al hombre que ha forjado su presente y su porvenir. El barullo que se ha formado es de lerdos. La inculta violenta y llorona ha confundido un elogio con un insulto. Y la prensa afín al Gobierno, también. Y la prensa libre, un poco. Y el PP de ahora, bastante. En fin, que estudiar al ser amado, por aborrecible que sea, también está prohibido.