No se va a romper la coalición Frankenstein ni nada por el estilo, porque los zarrapastrosos de Podemos no van a pillar nunca un chollo como este.
Pasaron en un ‘pis pas’ de los escraches, la teta al aire y la camiseta del Che, al coche oficial, los escoltas, la corte de asesores y un sueldo de 100.000 euros.
Y no dejarán los sillones, por mucho que el socialista Sánchez simule marcar distancias y haya presentado en solitario y para cabreo de Irene Montero y su ‘Banda de la Tarta’, una reforma de la nefasta Ley del ‘Si es Si’.
Dicho esto, la pregunta del día es evidente:
¿Le compensa al PP meterse en este baile?
¿Tiene sentido que Feijóo tienda la mano al felón Sánchez y le ayude con los votos de sus diputados a sacar adelante su apaño?
Los acomplejados de siempre, en la política y en el periodismo, hablan de ‘responsabilidad’ y ‘sentido de Estado’, pero lo mejor para España seria dejar al líder del PSOE cocerse en su propia salsa.
Quedan tres meses y medio para las elecciones municipales y autonómicas y cada violador que sale a la calle, cada pena que rebajada a un abusador sexual, por culpa de eso que el líder del PSOE califica de ‘ley de vanguardia’ y ‘gran conquista feminista’, es un clavo en el ataúd electoral de esta izquierda sectaria, incompetente, soberbia y alucinada que nos gobierna.
Los populares deberían quedarse mirando al tendido, máxime cuando un cenutrio como Patxi López, portavoz del PSOE, ya les ha insultado, diciéndoles que se metan su posible apoyo por donde les quepa.
El mismo López, que falsificó su curriculum inventándose que era ingeniero, y que respondió ‘¿cual de ellos?’, cuando sus amigos de la Cadena SER le preguntaron si conocía el Principio de Arquímedes.
Creo que fue el Napoleón Bonaparte quien dijo eso tan sensato de que ‘si el enemigo se equivoca, no lo distraigas’.
Yo añadiría que tampoco debes ayudarle a recuperar el rumbo.
Yo, si fuera Feijóo, me hartaría de soltar palabras grandilocuentes, subiría la apuesta proponiendo un texto completamente nuevo y dejaría que Sánchez se coma con patatas su Ley del ‘Si es Si’.
A fin de cuentas, es tan suya y del PSOE como de Podemos.
