Mi padre, que era un un hombre tan severo como sabio, decía que no te debes meter con los médicos o los jueces, porque a lo largo de tu vida tienes bastantes probabilidades de caer en sus manos.
Desoyendo sus consejos y tras dejar sentado que gozo de una salud excelente, voy a cargar contra los jueces.
Siempre se ha dicho que en España la Justiciaes una lotería, porque todo depende de quién te toca y nunca sabes de antemano qué te va a salir, pero si el azar rigiera de forma pareja, si todos los españoles fuéramos iguales ante la Ley, hasta me conformaría.
No es así.
Les conté hace unos días que clama al cielo que a los chavales que irrumpieron en 2013 en la Librería Blanquerna de Madrid, dieran un empellón a uno de los independentistas catalanes que celebraban allí la Diada y derribarán el micrófono y la estelada separatista, les sometieran a 7 años de calvario judicial, con penas de cárcel, y que a los zarrapastrosos enviados en masa por Pablo Iglesias a reventar en 2021 un mitin de VOX en Vallecas, que lesionaron policías, hirieron a ciudadanos inocentes y destrozaron el mobiliario urbano, no les haya pasado nada, pero no es el tema de hoy.
Tampoco voy a empecinarme en la ignominia de los indultos a los golpistas catalanes o en el ‘cariño’ con que Sánchez y el sistema carcelario tratan a los terroristas etarras.
Hoy quiero hablarles de una mujer de 63 años, madre del vocalista de ‘Taburete’, llamada Rosalía Iglesias.
Rosalía está desde el 8 de noviembre de 2020 encerrada en la prisión de Alcalá de Henares, cumpliendo la pena de 13 años de cárcel que le impuso el Tribunal Supremo, como supuesta ‘colaboradora’ de su marido Luis Bárcenas en la Trama de Gürtel.
Su hijo, Willy, ha declarado es repetidas ocasiones que su madre es completamente inocente y no sabía nada.
El propio Luis Bárcenas afirmó en el juicio que nunca hablaba de su trabajo con Rosalía y que la firma de la mujer, que aparece en algún papel, es un garabato que dibujaba él mismo.
Yo, que la conocí muy brevemente antes de que cayera encima de ella la Justicia, tengo la convicción de que ni sabía de que iba la Gürtel y que su gran pecado es haber querido con locura a su marido.
Pues ahí la tienen: entre barrotes.
Y desde hoy, porque ya ha penado un montón de meses, podrá salir durante el día a trabajar en la productora de su hijo y hacer voluntariado en una asociación de niños con discapacidad, pero todas las noches, como un clavo, tendrá que volver a dormir al calabozo.
Calabozo que no pisarán ni por error los grandes fantoches de los EREs de Andalucía, que no ‘distrajeron’ 68 millones como los de la Gürtel sino la friolera de 680 millones.
Se acordaran ustedes de que en su sentencia, el Supremo certificó que los socialistas Chaves y Griñán crearon un esquema para “evitar todo control administrativo” y conocían y permitieron el «sistema fraudulento”.
Y como responsables de la monumental estafa, por malversadores y prevaricadores, condenó a Chaves a nueve años de inhabilitación y a Griñán a seis de cárcel.
El primero sigue tan pancho disfrutando de su fortuna y el segundo, que debía haber ingresado en prisión a principios de año, nunca lo hará y también goza de su cuantiosa pasta.
En España hay aproximadamente 50.000 presos de los que poco más de 3.000 son mujeres, pero da la impresión de que si eres gerifalte socialista, golpista catalán o terrorista vasco, te libras.
O casi.
