Sigue coleando la barbaridad de Patxi López.
El portavoz socialista en el Congreso de los Diputados justificó lo sucedido en el puerto de Barbate alegando que hubo un fuerte temporal, una pavorosa tormenta que se alió contra los agentes de la Guardia Civil asesinados por los narcotraficantes.
En su tribuna de este 15 de febrero de 2024 en ‘El Debate’, Alfonso Ussía somete al del PSOE a un auténtico chaparrón de críticas por su supina bobada.
Eso sí, también se lleva lo suyo el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska:
En Barbate, superado el estrecho de Gibraltar, localidad marinera cuyos pescadores se consideran maestros en el arte de las almadrabas, cerca de la inmensa playa ventosa de Zahara de los Atunes, a bordo de una inservible «zodiac» de tres metros de eslora, los guardias civiles fueron repetidamente abordados por unas lanchas de quince metros, con potentísimos motores, tripuladas por narcotraficantes. Dos de los guardias civiles fallecieron asesinados y un tercero quedó mutilado. La vergonzosa diferencia de fuerza era consecuencia de una decisión del ministro Marlasca –y de más arriba– de desmantelar el servicio contra el tráfico de drogas en aquel punto conflictivo.
El escritor alucina con la reflexión hecha en Telecinco por Patxi López:
Pero la causa de la muerte de nuestros héroes y de las heridas de sus compañeros, según Pachi López, se debió «a circunstancias muy especiales debidas a una tormenta». Es lógica su declaración. No son los etarras ni los narcotraficantes los responsables de los asesinatos. Es la meteorología, el inesperado capricho de la naturaleza. De no haber recalado el vendaval tormentoso, los encantadores narcotraficantes no habrían arremetido con sus poderosas lanchas la «zodiac» marlasqueña, el piraucho, con el que la Guardia Civil, después de reducir hasta el máximo sus efectivos por orden de Marlasca –que incumplió según el fiscal general su obligación de informar de tal reducción a la fiscalía–, no estaríamos los españoles, exceptuando a los socialistas festivos, los socialistas catalanes, los socialistas vascos y gallegos y demás grupos políticos de las izquierdas extremas y extremas derechas separatistas, llorando la muerte de nuestros ejemplares servidores públicos. Servidores que morirían por salvar las vidas de los que se las arrebataron, dicho sea de paso.
Y acaba concluyendo que quien pagará el pato será el director del Instituto Nacional de Meteorología:
Pachi López ha acusado a la tormenta. Pachi López no ha dimitido ni ha sido expulsado de su cargo. Marlasca ha anunciado que no piensa dimitir. Terminará por ser despedido el director del Instituto Nacional de Meteorología. En esta pocilga vivimos.