El tour de la vergüenza. Por partida triple.
En un arranque típico de narcisismo, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, se ha ido en el Falcon a China presentándose como el interlocutor de la Unión Europea para, según él, asegurar que la balanza comercial con el gigante asiático esté equilibrada.
Y es que el presidente fue de urgencia a China, pese a todos los frentes abiertos que tiene, luego de que el gobierno de Xi Jinping anunciara una investigación por “competencia desleal” a la industria porcina y láctea europea, en respuesta a la decisión de Bruselas de establecer mayores tasas a los vehículos eléctricos chinos por la auténtica invasión del mercado automotriz.
En el caso de la industria española, estos negocios suponen un importe de casi 1.190 millones de euros para el porcino y 91 millones en el caso de los lácteos. Si bien es cierto que una guerra comercial no nos beneficia, como afirmó el socialista, tampoco lo es que el bueno de Sánchez sea una figura de peso entre los países miembros como para erigirse en el interlocutor principal para solucionar el impasse.
Pero no es solo el presidente vendiendo cerdos en el país asiático lo que llama la atención. Es el momento de esta ‘huida’. Y es que, mientras los problemas dentro del territorio nacional no dejan de aumentar, con el tema del momento siendo el concierto económico catalán y sumándose en el plano internacional la acogida del líder opositor Edmundo González -y la solicitud del PP de que el Ejecutivo reconozca abiertamente su triunfo-, el socialista se va a ‘hacer el chino en china’.
Por si fuera poco, su esposa, Begoña Gómez, se encuentra a la espera de que el proceso que la investiga por presunta corrupción en los negocios y tráfico de influencias siga avanzando. Sin embargo, las pesquisas y las declaraciones de los implicados pintan un panorama oscuro para la mujer de Sánchez.
Sumando a este tour de la vergüenza socialista está la penosa gira de medios del exministro de transportes y ex mano derecha de Sánchez, José Luis Ábalos, para explicar las informaciones publicadas por el digital The Objective sobre su ‘amiga’ Jesica R. G. El diputado, que está en el centro de la trama de corrupción socialista conocida como el caso Koldo, en lugar de aclarar, oscureció en sus intervenciones en el programa de Carlos Alsina primero, y luego en el de Risto Mejide.
