La cuestión se le pone cada vez más de color hormiga a Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno intenta alejar de sí la onda expansiva del ‘caso Koldo-Ábalos‘, pero lo cierto es que no se lo están poniendo fácil.
De hecho, ateniéndonos a la información aportada este 11 de noviembre de 2024 por el digital ‘The Objective‘, el que fuese su asesor áulico, Iván Redondo, tuvo en sus manos una serie de informes sobre el entonces ministro de Transportes en relación a sus chanchullos y sus correrías con compañías femeninas.
Esas fueron las razones por las que el inquilino de La Moncloa se disfrazó en julio de 2021 de ‘Kill Bill’ y cortó cabezas dentro del Consejo de Ministros, entre ellas de del propio José Luis Ábalos, al que sí rescató para la plancha electoral por Valencia para los comicios del 23 de julio de 2023.
Y ese reciclaje del exministro de Transportes para que siguiese como diputado es lo que ha hecho que ahora se conozca que tanto en el Gobierno socialcomunista como en la sede del PSOE en la calle Ferraz (Madrid) se intentaron tapar los escándalos del político valenciano y evitar que estos saltaran a la opinión pública.
El gerente del partido, Mariano Moreno, ascendió a la presidencia de la empresa pública Enusa, con una remuneración anual cercana a los 200.000 euros anuales, tras alertar de que «Jose se estaba pasando con los gastos» con la presentación de facturas que, en ocasiones, se elevaron hasta los 9.000 euros mensuales.
Lo que no se perdonó fue a aquellos que pusieron negro sobre blanco la relación especial que tenía Ábalos con Jésica. Esas voces críticas con la actitud del ministro de Transportes y secretario general del PSOE fueron mandadas al ostracismo.
Lo chocante del caso es que la entonces mujer de Ábalos, Carolina Perles, sabía de los líos de faldas de este.
En una fiesta en la casa de la que fue directora de Comunicación del PSOE, Maritcha Ruiz Mateos, esta había invitado a la misma al hijo menor del ministro de Transportes. Fue la mujer de Ábalos quien acudió a recoger a su hijo acompañada de Koldo García, con quien tenía una mala relación.
La esposa del entonces secretario de Organización del PSOE le contó tanto a la directora de Comunicación socialista como a la vicesecretaria general socialista, Adriana Lastra que era conocedora de las «relaciones de Ábalos con prostitutas» y que «tenía pruebas».
Y la entonces vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, avisó a Pedro Sánchez sobre la posibilidad más que real de que ese material viese la luz.
El resultado fue la inacción completa.
Incluso, dos meses antes de ser cortado Ábalos del Gobierno, Redondo fue a la residencia oficial del ministro de Transportes para alertarle de la existencia de «informes» sobre él. Y explican que Redondo tenía un dosier sobre Ábalos, a quien transmitió un mensaje claro en aquella ocasión: «El presidente lo sabe».