‘LA BURBUJA’

¡Juicio contra Errejón! Sus declaraciones más incendiarias

Cuando la política se convierte en culebrón

Llegó el día marcado en los calendarios del fundador de MasPaís y cofundador de Podemos, Íñigo Errejón y de la actriz y presentadora Elisa Mouliaá.

Ambos acudieron a los juzgados de Plaza Castilla para ofrecer sus versiones ante el juez por la acusación por la presunta agresión sexual que la actriz ha impuesto contra el exdiputado y portavoz de Sumar.

La actriz ha dicho que no descarta que le hubiesen suministrado alguna sustancia, aunque incide en su sintomatología era de estar ebria.

Por su parte, el político de extrema izquierda asegura que la denuncia es falsa de la ‘a’ a la ‘z’ y que todos lo que ocurrió fue con pleno consentimiento en todo momento.

Desde ‘La burbuja’ analizamos las declaraciones de ambos, todo lo que rodea al polémico caso, así como las declaraciones a la prensa y ante el juez.

Además, trataremos distintos temas de la actualidad política nacional e internacional.

Cuando la política se convierte en culebrón

Lo que debería haber sido un proceso judicial discreto se ha convertido en un auténtico vodevil que tiene en vilo a media España.

Errejón llegó a los juzgados de Plaza de Castilla como si fuera una estrella de rock, rodeado de cámaras y periodistas ávidos de conseguir la declaración del año.

El otrora líder de Más País, visiblemente nervioso, soltó una de esas frases para enmarcar: «Es un día muy esperado para mí, vengo a defender mi inocencia». Vamos, como si estuviera a punto de entrar en un plató de televisión en lugar de un juzgado.

La comparecencia del político se produjo una hora y media después de la de Mouliaá, siguiendo el protocolo para evitar encuentros incómodos en los pasillos. Uno se imagina a Errejón escondido tras una columna, esperando a que la actriz abandonara el edificio, en una escena digna de una comedia de enredo.

Lo más surrealista de todo este asunto es la estrategia de defensa del exdiputado.

Según su abogada, Eva Gimbernat, Errejón planea contar «una versión diferente» a la de la denunciante. ¿En serio? ¿Esa es la gran estrategia? Parece que el político ha confundido el juzgado con un programa de telerrealidad donde cada uno cuenta su verdad.

Por si fuera poco, Gimbernat ha calificado el relato de Mouliaá como «débil y contradictorio». Uno se pregunta si la letrada se ha equivocado de profesión y en realidad quería ser crítica literaria.

Mientras tanto, el abogado de Mouliaá asegura que la actriz se reafirmará en su denuncia y hablará del daño psicológico sufrido. Además, pretende solicitar la declaración de testigos que estaban en la fiesta aquella noche. Imaginen la escena: «Señoría, llamo a declarar al DJ que pinchaba reggaetón cuando ocurrieron los hechos».

Lo más hilarante de todo este esperpento es la transformación de Errejón en un férreo defensor del Estado de Derecho.

El mismo que hace unos años clamaba contra la «justicia patriarcal» ahora confía plenamente en ella. Como diría el refranero español, «del dicho al hecho hay un trecho».

El colmo del surrealismo llegó cuando la abogada de Errejón intentó retrasar la declaración un día para poder estudiar mejor el testimonio de Mouliaá. ¿Acaso pensaban que esto era un examen de selectividad y necesitaban más tiempo para empollar?

En fin, que lo que debería ser un proceso judicial serio se ha convertido en un culebrón de sobremesa. Solo falta que aparezca la madre desconocida de Errejón para completar el guion.

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