Sigue siendo amigo de Felipe González pero no aguanta a Zapatero
A pesar de que hace más de dos décadas que abandono la dirección de El País, su imagen, su estilo y su marca siguen ligados y parecen imprimir carácter al principal periódico español. Juan Luis Cebrián, actual consejero delegado del Grupo Prisa, fue el principal periodista de la Transición y sigue siendo uno las figuras mediáticas más relevante del periodismo. No sólo en España.
Lo suyo parece ir en los genes. Nació en 1944 y fue el segundo de los seis hijos que tuviera Vicente Cebrián, periodista destacado durante el régimen franquista y director del extinto diario «Arriba«, órgano de comunicación de la Falange Española., mostró maneras desde muy pequeño.
Niño bien, estudió el bachillerato en «El Pilar«, el selecto colegio católico enclavado en el madrileño barrio de Salamanca donde educaba a sus vástagos buena parte de la elite del momento. Juanli despuntó enseguida por sus aficiones literarias y consiguió -como no podía ser de otra manera- que le hicieran director de «Soy Pilarista, la modesta publicación escolar del entro.
A los 15 años ingresó en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid y poco después lo hizo en la Universidad Complutense, para estudiar Humanidades.
En 1963, con sólo 19 años de edad y dos carreras en su haber, entró a trabajar en Pueblo, el diario vespertino del Movimiento, que dirigía Emilio Romero Gómez. A los pocos meses, lo hacían redactor jefe y al año lo ascendían a subdirector, puesto que abandonó para saltar a Informaciones, dirigido entonces por Jesús de la Serna.
Traía también en su brillante currículo haber sido en 1963 uno de los fundadores de la revista Cuadernos para el diálogo.
En 1974, cuando la salud del General Franco comenzaba a resentirse, el último Gobierno de la dictadura, encabezado por Arias Navarro, aceptó la sugerencia de Pío Cabanillas y permitió que fuera nombrado jefe de los servicios informativos de la entonces todopoderosa RTVE.
Eran momentos decisivos y muy delicados en la política española pero Juan Luis Cebrián duró poco en esas lides. Tenía ya la mente en otros proyectos más ambiciosos.
En la primera de 1976, cuando todavía no había democracia en España, participó de forma decisiva en la creación de El País y con el beneplácito del editor Jesús Polanco, se hizo nombrar director, cargo que ocupó hasta noviembre de 1988.
Fueron sólo 12 años, pero en ese periodo, El País se convirtió en el diario más vendido de España, en el más influyente y en una máquina de generar dinero para lo que se conoce como Imperio Polanco.
Desde que abandonó la dirección del periódico, es consejero delegado del Grupo Prisa. También es vicepresidente de la Sociedad Española de Radiodifusión, Cadena SER, y vicepresidente de Sogecable. Es también miembro de la Academia Española de la Lengua.
Aunque siempre ha respaldado de forma abierta al PSOE, volcando de forma descarada los medios del Grupo Prisa a favor de los socialistas, las relaciones de Cebrián con los dirigentes socialistas no siempre han sido apacibles.
A diferencia de lo que ocurre con Felipe González, a quien le une verdadera amistad, Cebrián no parece tener en alta estima al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, a quien considera más «liviano e inconsistente«.
El pasado 21 de agosto de 2009, pocas horas después de publicar un artículo durísimo en El País, se encaramó a la Cadena SER y desde los mismos micrófonos que se usan a diario para atacar con saña a Esperanza Aguirre, Camps y Rajoy, denunció el «intervencionismo descarado, inmoral e inadmisible» del Gobierno ZP:
«Se trata de una intervención desaforada para doblegar a los medios».
Con el tono de sorpresa del que se ha llevado un tartazo en la cara en plena fiesta, Cebrián ha cargado contra el Gobierno ZP por aprobar -a toda prisa y en pleno verano- el decreto ley de la Televisión Digital Terrestre (TDT) de pago:
«Nos oponemos a un decreto de urgencia anticonstitucional que no tiene otro sentido que no sea ayudar a sus amigos».
El consejero delegado del Grupo PRISA no se ha cortado un pelo:
«Se trata de una intervención desaforada del Gobierno para doblegar a los medios».
Cebrián subrayaba que no hay una guerra de medios, sino «una guerra del Gobierno contra medios independientes». Y que la aprobación de este decreto ley es una «guinda» más de una forma de gobernar «por capricho».
Una semana de esta explosión de ira, el Consejo de Ministros dio luz verde a la TDT de pago a través de un real decreto ley, un recurso legislativo que se aplica en casos de extraordinaria y urgente necesidad.
Las duras palabras de Cebrián no pueden ser consideradas como una declaración de guerra al Gobierno Zapatero, pero si una especie de ultimátum.
El consejero delegado del Grupo Prisa sangra por la herida de la pérdida de la batalla con Mediapro, la aliada del presidente del Gobierno, y gran beneficiada del Real Decreto Ley que autoriza a las cadenas de televisión a emitir contenidos en la modalidad de pago.
Y es que el conglomerado de Jaume Roures, titular de los derechos televisivos de la mayoría de equipos de fútbol españoles, necesitaba la autorización de la TDT de pago para ampliar la difusión de su canal de fútbol Gol TV.
La decisión de Zapatero abre una nueva y dolorosa fisura entre el Imperio Polanco y el PSOE, que desde el nacimiento de El País en 1976 han sido firmes e interesados aliados. En cualquier caso, las dificultades financieras y le enorme deuda que arrastra el grupo, hacen proco probable que opte por enfrentarse al Gobierno, algo que además sería posiblemente mal entendido por los lectores de El país, los oyentes de la Cadena SER y los televidentes de Cuatro.
Juan Luis Cebrián es autor de al menos 16 libros, está casado en segundas nupcias con una periodista, tiene entre sus hijos a una joven que ya destaca como periodista y ha recibido a lo largo de su vida continuos premios y honores.
Es también miembro del Grupo Bilderberg, conferencia anual formada por destacadas personalidades de la política, economía y comunicación mundiales.