Es difícil fijar una frontera entre interés y sensacionalismo

El diario El País y sus fotos de sexo

Las imágenes de prostitución provocan desazón a algunos lectores

Una cosa es salir a buscar imágenes de sexo y otra encontrárselas de sopetón en el diario

En el ejercicio del periodismo se plantea con frecuencia un problema de límites, especialmente en el gráfico. ¿Hasta dónde es lícito llegar en la función de «mostrar» la realidad?

¿Cuándo una imagen está justificada y cuándo traspasa la raya del amarillismo, el morbo o el sensacionalismo?

El diario El País, que se tiene por la quintaesencia del rigor y la seriedad periodística, publicó el 1 de septiembre un extenso reportaje titulado «Sexo de pago al aire libre y en pleno centro de Barcelona» cuyas imágenes -captadas por Edu Bayer- han provocado una considerable polémica.

Lo encabezaba una gran fotografía a cinco columnas en la que una prostituta era penetrada por un cliente y otra le estaba practicando a otro una felación.

Las imágenes eran crudas y no dejaban margen al engaño: sexo sórdido a la vista de todos, junto al mercado de la Boqueria. Y para colmo, tanto en la edición catalana, como en la versión online del rotativo del Grupo PRISA, se facilitaba la galería completa.

Milagros Pérez Oliva, defensora del lector en El País, escribe una interesante columna sobre el asunto, donde subraya -entre otras cosas- que es la primera vez que El país publican unas fotografías de esa naturaleza.

Añade, como era de esperar, que fueel valor informativo de las fotografías «lo que decantó la decisión de publicarlas».

No es probable que hubieran dicho lo mismo si el folleteo hubiera parecido en las páginas de un competidor, pero el debate merfece la pena.

 

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