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Tras muchos días cargando con Editoriales, artículos de opinión e informaciones contra Cebrián y Javier Moreno, el director de El Mundo ha encontrado nueva munición contra PRISA. Suficiente para abrir a tope –bajo una foto de la selección española celebrando el oro frente a Serbia– su portada de este lunes.
«No aceptaré chantajes; si alguien quiere mandar en este país que se presente a unas elecciones.»
¿Dónde, cuando y a quién le ha dicho eso el presidente? Los lectores de El Mundo sólo dice que son palabras de Zapatero frente «a la presión y los ataques». Y para ello, Pedrojota, cual consejero aúlico, acude al cajón de sastre de «fuentes anónimas» tipo «un nombre muy destacado de La Moncloa» o «desde Presidencia» o directamente «fuentes consultadas» sin molestarse más. Y así, afirma rotundo:
«El presidente se refiere con ello tanto a las presiones de Prisa como a las de viejos nombres del PSOE que siempre han tendido a menospreciarle.»
Más ‘fuentes’:
«Desde hace semanas, desde el verano, lo esperábamos y el propio Zapatero nos lo advirtió». Con estas palabras se explica desde La Moncloa la tormenta que se ha desatado sobre el presidente del Gobierno después de la aprobación, tras muchos meses de retraso, del real decreto ley que da luz verde a la TDT de pago, una norma que, por simplificar, perjudica al Grupo Prisa, tradicionalmente afín a los socialistas.
El largo artículo continúa, pero para contextualizar conviene leer primero este artículo dominical de la Defensora del Lector de El País titularo ‘El País’ y Zapatero: una crítica incómoda donde asegura que «el director [de El País, Javier Moreno] niega un giro en la línea editorial del diario» y recoge sus explicaciones.
Y luego el preámbulo de, también ayer domingo, de un subalterno de Pedrojota, que sin reparos titula: ‘Historia de un chantaje‘.
La línea de trabajo de ZP contra la estrategia de PRISA, siempre según El Mundo, sería la siguiente:
- Moncloa tenía prevista la acometida de Cebrián desde agosto, cuando el Consejo de Ministros aprobó sin necesidad de consultar al Congreso el texto del real decreto ley de la TDT de pago
- El equipo de ZP empezó entonces a preparse para los ataques que estimaban empezarían en septiembre
- La estrategia que esperaban de Prisa desde las páginas de El País consistiría en saltar del plano empresarial de la TDT de pago al exclusivamente político
- Primero, denostarían la gestión económica del Gobierno
- Segundo, pondrían en duda la cohesión de las filas socialistas
- Tercero, plantarían la semilla de que ministros y altos cargos del PSOE ya no eran fieles a Zapatero
- Entonces, cuando se acercara la votación en el Congreso del decreto de la TDT de pago, Moncloa analizaría las posiciones de los miembros del Gobierno
- Tres miembros del Ejecutivo, proclives a dar cuartel al grupo mediático: el vicepresidente tercero, Manuel Chaves; el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el titular de Fomento, José Blanco
- Chaves y Rubalcaba, vieja guardia, nunca han ocultado su preferencia por Prisa, un grupo al que desde los gobiernos de Felipe González, a los que ambos pertenecieron, siempre se privilegió y del que a cambio recibieron un trato exquisito.
- También se cruzarían datos acerca de los contactos mantenidos por Cebrián con políticos de todos los signos en un intento desesperado de lograr un ‘no’ al decreto en el Parlamento
- Finalmente se impondría la decisión de Zapatero de no aceptar «chantajes», ni desde el Grupo Prisa ni desde la vieja guardia socialista.
- La campaña de comunicación debía entonces centrarse en que «Zapatero no es Felipe González, que Alfonso Guerra ya no está en una Vicepresidencia y que el país y los españoles han cambiado radicalmente en 20 años».
Más fuentes anónimas «contundentes» que utiliza El Mundo, circunscritas a un vago Presidencia del Gobierno:
«No hay escisiones, ni rebeliones. Nuestro problema no está en el Grupo Socialista, ni en el partido ni en el Gobierno. Nuestro problema llega de un grupo mediático que pretende dictar las normas. Zapatero puede equivocarse en política, pero las decisiones las tomará él y los errores o los aciertos serán suyos; no estarán teledirigidos. Quien no entienda esta actitud del presidente es porque no le conoce»
En Presidencia insisten en que «el partido está unido y el Gobierno también; que hay cero discrepancias» y que el supuesto «sector crítico» lo constituyen Prisa y un «puñado de afines» sin poder efectivo.
A continuación meten una puyita a la gestión empresarial de Cebrián en Prisa, como si en Unedisa les fuera de perlas:
En el Ejecutivo achacan la guerra desatada por Prisa a los problemas económicos por los que atraviesa el grupo encabezado por Juan Luis Cebrián y a la actitud que ha mostrado Zapatero ante las «presiones» que se han ejercido sobre él para que interviniera en el terreno de los medios de comunicación diseñando un paisaje a la medida de intereses particulares.