Cebrián decidió quitárselo de encima tras su sonada boda

La portada de «Hola» que sentenció a Jaime Polanco

En el seno del Grupo Prisa le tachan de "vago y cantamañanas"

"Jaime Polanco no pintaba nada en la empresa y era un vago"

No sabemos si Jaime Polanco tuvo que aplazar su luna de miel para ir a inscribirse a las listas del Inem. Pero lo que sí sabemos es que su pomposa y ostentosa boda (o fiesta de disfraces) con la estilista y amiga de famosos Fiona Ferrer en Tenerife fue la gota que colmó el vaso y la paciencia del consejero delegado de PRISA, Juan Luis Cebrián.

Polémica portada
La revista Hola recogió en su portada del mes de julio  a unos sonrientes recién casados junto a Isabel Preysler, señora de Miguel Boyer y Genoveva Casanova, ex de Cayetano Martínez de Irujo.

Los contrayentes, de riguroso blanco virginal. El resto, de colores optativos.

Negros, morados y de todos los colores se pusieron los directivos del grupo Prisa al ver las imágenes en el papel couché, comenzando por Juan Luis Cebrián, quien escribió una carta a diversos comités de empresa como publicaba El Confidencial.

En ella aseguraba que «el grupo ni puede ni debe intervenir en la vida privada de sus directivos, pero aspira a que estos, en la medida que ostenten la representación pública de la empresa, sean capaces de personificar también sus valores profesionales, estéticos, morales y culturales, que incluyen la significación editorial y social de sus medios».

«No pintaba nada»
Cebrián añade que «los esfuerzos de austeridad requeridos al personal se han demandado también a los accionistas, miembros del Consejo y ejecutivos del grupo que, en su conjunto, han respondido de forma positiva y solidaria».

Una fuente del Grupo consultada por Periodista Digital, que evidentemente no tiene el mínmo aprecio por el sobrino del fallecido Don Jesús de Polanco y además se alegra de su salida, lo explica así:

«Polanco (Jaime) no pintaba nada en la empresa y era un vago. Se ha dedicado a gastar dinero y con lo de su boda ya se colgó del todo».

Dicen en el Grupo PRISA los que no le tienen aprecio que la decisión de apartarle del grupo ha sido respaldada por los comités y por muchos trabajadores.

Jaime Polanco se ha convertido en el segundo de los sobrinos del fallecido Jesús Polanco en abandonar Prisa por las discrepancias con el consejero delegado. Aunque los motivos son diferentes.

El primero en «desaparecer», el pasado mes de mayo, fue Javier Díez de Polanco que abandonó su cargo de consejero delegado de Sogecable.

En ese caso, las desavenencias eran de tinte económico ya que «Díez de Polanco era partidario de vender Cuatro (Sogecable); mientras que Cebrián se negaba en redondo», afirma otra fuente del Grupo.

No hay estrategias
Este despido secundado por varios frentes desmonta las teorías según las cuales Cebrián habría desplegado una estrategia para «quitarse de encima a la familia Polanco».

De hecho, fuentes de su entorno aseguran que no es así ya que éste mantiene una buena relación con Manuel Polanco, director general de Prisa.

La compañía está asfixiada por los bancos y con una galopante deuda de 5.000 millones.

Para hacerle frente, el pasado martes anunciaba operaciones de desahogo. Por un lado, los 247 millones obtenidos del fondo DLJ South American Partners por el 25% de Santillana y, por otro, los 157,5 millones de euros por la venta del 35% de Media Capital al holding luso Ongoing Strategy Investments.

Un tema no exento de incógnitas: ¿Podrá sobrevivir Polanco cobrando el paro o tendrá que vender la exclusiva de un divorcio?

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