La gente se marcha a otras fiestas más divertidas donde no le engañan con periodismo adulterado
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Lean por favor el informe The Reconstruction of American Journalism de Len Downie y Michael Schudson. Tiene mucha miga. En un resumen publicado en The Washington Post, sostienen:
«What is paramount is preserving independent, original, credible reporting, whether or not it is profitable, and regardless of the medium in which it appears».
Como subraya el siempre brillante Gonzalo Peltzer en Paper Papers no hay en las cien páginas del informe un acto de constricción por el desaguisado que con la profesión hemos organizado nosotros y nuestros dueños y encima piden dinero público para sostenerla.
«Protesto enérgicamente».
«¿Cómo se preserva el independent, original, credible reporting con dinero público?»
«Podemos ser putas pero al menos no lo parezcamos. No a ese precio».
La explicación es que Len Downie y Michael Schudson viven en un país llamado Estados Unidos donde eso es una propuesta posible y plausible.
Además, escriben en un diario como The Washington Post y son habituales en la Universidad de Columbia. Por eso hablan de salvar el American Journalism. Benditos.
Aquí, en cambio, al llegar a eso de «…preserving…» los primeros que se parten de la risa son los propios periodistas, seguidos por los dueños de los diarios y sus ejecutivos.
Entre otras cosas porque la subvención no ha conseguido preservar nada del periodismo. Al contrario.
La mayoría de esos aún piensa que la fiesta continúa y continúan sirviendo periodismo de garrafón.
En realidad se están quedando solos y no lo advierten. La gente se marcha a otras fiestas más divertidas donde no le engañan con periodismo adulterado.