El joven que fue acusado de violar y matar a la niña de Tenerife

La FAPE entona el «mea culpa» por el linchamiento de Diego Pastrana

La niña murió en realidad víctima de un edema cerebral fortuito

La FAPE entona el "mea culpa" por el linchamiento de Diego Pastrana
Diego Pastrana Vieco ha quedado en libertad sin cargos.

Debemos bajar el ritmo de velocidad y hacer prevalecer el rigor y la reflexión

El caso de Diego Pastrana, el joven residente en Tenerife de 25 años acusado injustamente de matar a su hijastra, ha dejado a los medios de comunicación en evidencia. Es cierto que el error partió de la opinión de un médico pero no puede disculparse que los medios hayan ignorado la presunción de inocencia de Diego y que las portadas lo lincharan injustamente.

La opinión -y nada más que la opinión- de un médico del centro de salud que atendió a la pequeña Aitana fue suficiente para que la acusación corriera de boca en boca antes de que se hiciesen unos análisis más detallados a la niña o de que se emitiera una decisión judicial.

Lamentablemente, la pequeña Aitana, de tan solo tres años, falleció en el hospital. La autopsia ha revelado que, como sostuvieron los padres desde el principio, las lesiones que tenía eran consecuencia de una caída y no había ni rastro de ningún tipo de agresión.

En declaraciones a PERIODISTA DIGITAL, Javier Arenas, secretario general de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España), ha pedido disculpas en nombre de los medios de comunicación:

«En nombre del colectivo que representa la FAPE, quiero pedir públicamente las disculpas a Diego Pastrana por lo que pueda haberse visto lesionado en su intimidad y en su dignidad personal».

«Es el momento de hacer una reflexión profunda, y hacerla en voz alta, sobre nuestra actuación. Hemos podido cometer una extralimitación en el ejercicio del derecho de libertad de expresión. El artículo 20 de la constitución lo reconoce pero también establece que esas libertades tienen un límite».

Por eso, Arenas considera que ha de defenderse la credibilidad y el rigor antes que seguir el sendero de la velocidad. Sin un resultado de pruebas médicas o una decisión judicial que confirmara la situación que se imputó a Diego Pastrana, «presunto» debería haber precedido a las acusaciones al joven. ¿Será que no hay cabida para dicha palabra en el titular?

Javier Arenas:

«Debemos bajar el ritmo de velocidad y hacer prevalecer el rigor y la reflexión. Si no habremos perdido lo que debe ser una seña de identidad de los medios de comunicación y más ahora que tenemos que conquistar o reconquistar la credibilidad. Sin ella, es posible que el futuro profesional esté mucho más en peligro de lo que está».

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