La prensa conservadora, en especial la de nuevo cuño, ha sido decisiva en el viraje ideológico de intelectuales, profesionales y clases medias de España a partir de los noventa. Su ideología ha ido tiñendo casi todo
Se disparan las alarmas en El País. Ignacio Muro Benayas advierte en su artículo «Una derecha mediática en plena forma» sobre el enrome peligro de «facilitar la derechización de intelectuales y capas medias de profesionales». Lejos de alegrarse por la pluraridad de medios de comunicación existentes en España, el autor muestra su temor por la diversidad de opiniones. Y acusa abiertamente a Pedrojota de defender la guerra sucia contra ETA en la Transición. ¡Cuidado, que viene el lobo de la derecha!
Así, critica que, en clara alusión al diario El Mundo:
- «La reiteración de portadas sobre Trashorras o el titadine hace mucho tiempo que dejó de ser supuestamente informativa, sólo se justifica por el deseo de activar una asociación subliminal entre el 11-M y las ideas de confusión, duda o chapuza, un mero ardid destinado a condicionar el comportamiento político de sus audiencias, lo que los estudios de comunicación denominan efecto priming de la agenda»
- Su habilidad ha consistido en sacar de foco al franquismo y a la derecha de UCD, hoy en el PP, quizás porque era para su director la forma de autoexculparse de su conformidad con el derecho a la autodeterminación de Euskadi o su defensa de la guerra sucia contra ETA, defendidas por él durante parte de la transición.
«LA NUEVA DERECHA»
La cuestión eterna sobre el ser de España es otro de los rasgos en los que se manifiesta la derechización de los intelectuales según el autor. Nuevo rejonazo a la prensa conservadora:
- Su habilidad para remover las vísceras nacionales desde la aversión a los nacionalismos periféricos, ha alimentado oportunamente la peor mitología conservadora que asimila la pluralidad de España a su condición de roja o rota
En otras ocasiones habla de «la exultante y sectaria vitalidad de la nueva derecha».
Y toda la prensa de derechas, asegura el autor, recurre a criticar al enemigo:
«El insulto y destrucción del adversario no es coyuntural, es una tarea permanente en la que se han empleado a fondo los medios conservadores»