Mucho más difícil de hallar es una guía para la desokupación, para recuperar el piso perdido
Fijarse en las ventanas sin luz perpetuamente cerradas, enterarse de quién es el propietario, arreglar la puerta inmediatamente y poner una nueva cerradura, aguantar tres días para convertirse legalmente en morador, mostrar el DNI a la policía descolgándolo por el balcón con una cuerda, ganarse la complicidad de los vecinos…
Son algunos de los consejos para okupar fincas publicados en la revista de tendencias BCN Week -«Hazlo tu mismo«-, rotativo destinado a un público urbano, universitario y mayoritario con reportajes sobre las tiendas más trendy, columnas literarias y anuncios de galerías de arte que se distribuye gratuitamente en locales públicos de Barcelona.
La pieza es obra del periodista freelance Julián Socorro.
La crisis está cambiando el perfil de los okupas. Los tradicionales -ideologizados y vinculados a la búsqueda del cambio social- pierden efervescencia.
Ahora priman las familias agobiadas por las dificultades económicas, inmigrantes sin recursos y, en general, personas que hace pocos años jamás se habrían planteado usurpar un piso tras darle una patada a la puerta.
Okupar está dejando de ser un acto de rebelión para convertirse en un fenómeno más amplio.
Las guías para la okupación no son una novedad en internet, pero ahora han dado el salto desde las webs alternativas a las revistas gratuitas que se ofrecen en bares, librerías y hasta peluquerías.
Como subraya Luis Benvenuty en La Vanguardia -«Una revista gratuita dirigida a jóvenes enseña a ‘okupar’ pisos«- más difícil de hallar es una guía para la desokupación.
Sus consejos serían agradecidos por muchos ciudadanos, caso de Francesc Bassols, quien desde hace más de un mes trata de desalojar a la familia que se instaló en la pequeña casa de su madre en la playa de Badalona.
«A finales de noviembre se acercó a la casa y se encontró con un matrimonio con una niña que decía que la había alquilado… Es una casita donde vamos cuando hace buen tiempo. Mi madre, que tiene 80 años, está muy afectada porque el lugar le trae muchos recuerdos de infancia. Lo está pasando muy mal».
Los particulares, los ciudadanos de a pie que de repente ven usurpadas sus propiedades, improvisan en función de las palabras de amigos y abogados.
«Lo primero que hicimos fue llamar a los Mossos y denunciar la okupación. Optamos por la vía penal porque me dijeron que por la civil podríamos gastarnos en abogados y procuradores alrededor de 2.000 euros. Lo malo es que luego nos enteramos de que la vía penal puede prolongarse fácilmente hasta un par de años si el juez no considera que estamos ante una situación flagrante».
Y todo apunta a que el asunto se demorará.
«Es que el juez no lo está viendo flagrante. Debe de dar crédito a los okupas, que dicen que firmaron un contrato que no pueden presentar. Además, acabo de llamar al juzgado y me han dicho que han pasado el caso a Fiscalía, lo que significa más tiempo. Fui a hablar con el juez y ahora tendré que hablar con el fiscal. Quise cortar los suministros, pero las compañías me dijeron que, al tener la cédula de habitabilidad caducada, a lo mejor luego me cuesta mil euros recuperarlos. A mí sí que me hubiera venido bien una guía. Los okupados deberíamos asociarnos».
HAZLO TÚ MISMO
Una Guía práctica para okupar una casa
por Julián Socorro
Ya rastrillaste la web, visitaste las inmobiliarias barcelonesas y asististe a las manifestaciones convocadas por las plataformas de reivindicación de la vivienda a precio justo, y nada…
No hay forma de que puedas alquilarte un piso. Porque ya estás cansado, frustrado y desesperanzado, te entregamos esta «guía para okupar una casa».
Porque siempre hay otra alternativa.
- 1. Lo primero es elegir la vivienda a okupar. Para ello se suelen utilizar tres técnicas. Puedes visitar otras casas ocupadas del barrio y pedir información sobre pisos vacíos. También puedes recurrir a la Oficina para la Okupación y hacerte con un catastro de hogares abandonados. Y por último, suele ser la más eficaz, caminar por el vecindario observando ventanas que están permanentemente cerradas y sin luz.
- 2. Una vez encontrado el lugar idóneo comienza el proceso de recopilación de información. Para ello conviene ir a la oficina de urbanismo del ayuntamiento para comprobar si dicho inmueble está en obras. Asímismo, recurrir al registro mercantil es de mucha utilidad, ya que te informarán sobre cuál es la inmobiliaria que maneja el piso. Hay que tener en cuenta que una gran empresa significará mejores abogados y recursos para entorpecer tu cometido. También contrata a un abogado para que siga el proceso que, indefectiblemente, tocará a tu puerta.
- 3. Elegir la fecha de entrada es muy importante. Sobre todo se aconseja fervientemente no hacerlo en verano, por un tema práctico. En agosto los juzgados cierran por vacaciones. Entonces si se okupa en, por ejemplo julio, el abogado del propietario tendrá varias semanas para preparar un dossier con mucha información para presentar al juez justo antes del cierre vacacional del tribunal. Si el juez se convence con dicho informe puede tomar una medida cautelar. En la práctica significa que te desalojan ya, y después averiguan si tenían razón para hacerlo.
- 4. Con toda esta información estás listo para ingresar al piso. Es muy importante que lo hagas discretamente, y si tienes que romper una ventana o puerta al ingresar, tengas ya una de repuesto. De lo contrario podrías ser acusado de allanamiento de morada y «game over». Si entraste sin romper nada cambia la cerradura de la puerta, tener la llave de entrada es muy favorable. Si tu intención es vivir con tu familia aquí termina la guía para ti. De ahora en más trata de pasar desapercibido. Si te interesa colaborar contra la violencia inmobiliaria, y/o crear un centro cultural sigue leyendo…
- 5. Esta es la etapa más crítica, dentro del inmueble deben estar dos o tres personas que se hayan ofrecido como voluntarias para ser «la cara» de la okupación. Su misión es trancar la puerta y demás lugares de acceso. Para luego esperar paciente y secretamente, a que pasen tres días. Luego de dicho lapso de tiempo se podrán acoger a la ley de morada. La cual estipula que si una persona lleva más de tres días habitando un inmueble se convierte en «morador» lo cual ya le otorga derechos.
- 6. Llegó el momento de dar a conocer la okupación. Debes llamar por teléfono a la policía y dar aviso de que cierta gente entró en un piso. Eso sí hay que asegurarse de tener una copia de la ley de morada pegada en la puerta de entrada para evitar arrebatos ilegales pero frecuentes por parte de «la ley», que tienden a derribar la puerta y echar a patadas a los okupantes. De esta manera sabrán que estás informado de tus derechos y se lo pensarán dos veces antes de arremeter.
- 7. Cuando lleguen los uniformados es de vital importancia que nuestros «delegados» apostados en el piso se identifiquen ante la autoridad. Pero no te arriesgues a que te cojan. Bajar tu DNI con un cordel desde la ventana es una buena idea. Ellos anotarán tus datos, y tienen la obligación de devolverte el documento. Como se abrirá un proceso legal es vital que tus compañeros estén identificados y domiciliados allí. Así recibirás todas las notificaciones judiciales sobre el proceso. Olvídate de ser desalojado por sorpresa.
- 8. De ahora en más sólo tendrás que seguir el proceso judicial a través de tu abogado. Ya puedes relajarte y comenzar con las actividades sociales y/o culturales con los que beneficiarás al vecindario. Y habrás aportado tu granito de arena para luchar contra la violencia inmobiliaria.