Roures curiosamente se quejó del trato de favor hacia Prisa como si él no hubiera recibido del Gobierno de Zapatero
«Haremos lo que podamos pero saben que no estamos para tirar el dinero». Con estas palabras, el ‘superministro’ Rubalcaba, pasaba la mano por el lomo a los editores de la prensa de papel en un almuerzo con lobby como primer plato organizado por la Asociación de Periodistas Europeos, auspiciado por Coca-Cola y con ponentes y ponencias dirigidas a presionar al Gobierno para que suelte dinerito fresco para los periódicos. —Tras salvar al Grupo Prisa, Rubalcaba estudia ahora rescatar a la prensa de papel—
Pese a la escenificación de la guerra del fútbol y los berrinches de A3 y la Sexta con Competencia por dar luz verde a la entrada de Teléfonica y Telecinco en Digital + para aliviar las deudas de Prisa, en el fondo, ponentes como Jaume Roures, Maurizio Carlotti y Xavier Vidal-Folch coincidieron en una cosa esencial: a falta de modelo de negocio, la solución a la crisis de los medios pasa por desplumar a los contribuyentes. Entre bueyes no hay cornadas.
Roures curiosamente se quejó del trato de favor hacia Prisa como si él no hubiera recibido del Gobierno de Zapatero una concesión de televisión en analógico y digital. Pero lo más llamativo de su intervención no fue su pataleta sino su asombroso ejercio de mala conciencia marxista:
«Si llegamos a un acuerdo con Carlotti, nos quedaremos con el 80% del negocio y esto puede ser bueno para nosotros pero no para la sociedad española».
«Zapatero se equivocó. Para este camino no hacía falta tantas alforjas. Al final unos pocos nos quedaremos con todo el negocio y eso es preocupante porque al final tres o cuatro personas dictaremos lo que pasa»
El millonario trotskista pidió «una TVE de calidad» y aquí hay que reseñar que en el lenguaje de la casta mediática el eufemismo televisión publica de calidad significa una TVE que aburra con operetas y documentales sobre el orangután de Malasia.En otras palabras, una TV que no dé guerra ni quite audiencia.
Calidad aparte, la actual TVE podrá no gustarle a Roures pero sí que le llena los bolsillos gracias a los suculentos contratos de sus productoras con la cadena pública. —RTVE, cortijo de Roures—
CARLOTTI NO SE CALLA
Y para verdades como puños, el vicepresidente del Grupo Antena 3, Maurizio Carlotti. El italiano defendió el trato de favor de Zapatero a la privadas eliminando la publicidad de TVE. «Si quieren TV pública, páguenla», vino a decir con crudeza siciliana.
«Si quieren una TVE pública no se les puede decir ‘búsquense la vida’. El 1 de enero le deben dar los 1.200 millones de euros que piden porque sino, el Consejo de Administración de la nueva Corporación tendría que irse a la calle por tener números rojos».
El italiano también sacudió a los editores del papel por no entender el nuevo cambio en el consumo de la comunicación:»El tiempo hoy es muy caro y la prensa escrita es ‘time expensive’. Es un tema de producto. Si lo vale, la gente pagará por él», dijo mirando de reojo a su compañero de mesa Diego de Alcázar, presidente de Vocento.
De Alcázar había advertido lo que en Vocento nadie esconde: que su prensa digital va hacia el modelo de pago y que «habrá que cobrar algunos centimillos y contar con algún gobierno». Lo dijo pensando en un rescate paneuropeo patrocinado por Bruselas y con el consenso de operadores, agregadores de Internet (Google) y productores de contenidos.
PEDROJOTA SE QUEJA DE QUE NO LE AYUDEN
Propuesta la de De Alcázar que Pedrojota hubiera aplaudido a rabiar de haber estado ahí compartiendo mantel con el ‘superministro’ del GAL. Su editorial de este domingo en el diario El Mundo no deja lugar a dudas:
El vicepresidente anunció esta semana que el Gobierno aprobará un paquete de medidas para ayudar a la prensa a hacer frente a la crisis. Una decisión acertada que ya han puesto en marcha hace meses otros gobiernos europeos.
Una decisión acertada… siempre que le beneficie a él. ¿Y esta frase? «La neutralidad mediática que ha caracterizado al Gobierno de Zapatero salta [después de beneficiar a Prisa] por los aires».
Llamar ‘neutralidad’ a una política audiovisual a la carta de las televisiones privadas, untando con dinero público a toda la artillería mediática socialista -sindicato de la ceja incluido- y generosa en leyes a medida de los grupos acólitos al PSOE es de una estolidez que provoca carcajadas.
Twitter: http://twitter.com/#!/lbalcarce