Zarzalejos alecciona, pero calla cómo dejó al borde de la muerte dos veces el diario de Vocento
Lo ha vuelto a hacer. Se nos pasó el otro día, pero lo hemos recuperado para todos ustedes. En un artículo publicado el pasado 6 de mayo en el unilateral digital El Plural y titulado «Entrevista en La Moncloa: menos da una piedra», Carlos Carnicero dejaba una postdata muy significativa.
«Los lectores de este digital habrán visto que mi posición en el ranking de articulistas colaboradores sigue por los suelos. Hay días que el director me pone detrás de artículos del día anterior. Y yo quiero recordarle que la libertad siempre está cómoda en cualquier sitio, por modesto que sea. Hay incluso unos ‘hooligans’ que entran todos los días para insultarme. Y yo les doy una bendición laica por su persistencia que me anima a seguir en mi rinconcito. Que dios, Zapatero y Rajoy y las autoridades que vigilan esta foto los guarden».
Así se expresaba Carnicero, que, visto lo visto, se ha convertido en el grano en salva sea la parte del habitualmente avinagrado -salvo en sus encuentros con Esperanza Aguirre- guardián de las llaves de El Plural.
ALARMA PÚBLICA
Quien echara mano del diario del ricachón ‘rojo’ Jaume Roures el domingo se desayunaría con España -con perdón- al borde de la destrucción. O algo parecido, vista la primera plana dominical: «El Estado autonómico corre peligro».
Imagínense por qué. Se ve que el tío José (Montilla) ha convocado a sus bien engrasadas legiones mediáticas. Por lo demás, otra alarma más: «Campaña israelí contra el abogado Gonzalo Boyé». Y es que una organización de estudiantes judíos ultranacionalistas ha decidido poner proa judicial a varios «activistas» -así los define el diario del patrón de Mediapro- que han denunciado crímenes de guerra del Ejército de Israel.
Lo curioso es que uno de los que denuncian tales asuntos sea, precisamente, un viejo conocido de los lectores de esta sección, el tal Boyé, terrorista chileno del MIR que secuestró al empresario Emiliano Revilla por cuenta de ETA. No me tiznes, le dijo la sartén al cazo…
ZARZALEJOS, PATÓLOGICO
«La relación de Aguirre y los medios es patológica», titulaba el periódico rouresiano una entrevista a José Antonio Zarzalejos, ahora que aprovecha para promocionar un libro donde, como es habitual en él, los demás tienen la culpa de todo, le hicieron la vida imposible y él fue una víctima de contubernios varios.
«Crónica valiente», le llaman a eso en Público. Pues bueno. Las opiniones es lo que tienen: que son libres y, además, como los traseros, todo el mundo tiene una. Incluso este Trasgo, miren por dónde.
Sorprende que en toda la entrevista no aparezca -ni en respuestas ni en preguntas- una sola mención al desastre de ventas que ya se dio en su primera etapa como director de ABC -en la que, siguiendo su razonamiento, no habría habido todavía persecución alguna- ni al caos organizativo de la redacción ni a las neuras personales del propio Zarzalejos.
Una de ellas, por cierto, consistente en ver detrás de cualquiera que brillase un poco en esa redacción a un posible candidato al sillón de director.
Resulta curioso también que el hermano de uno de los pilares de FAES, el inteligentísimo Javier Zarzalejos, recomiende que «si el PP quiere ganar, debería hacerlo desde la moderación, la centralidad».
Palabras, por cierto, que coinciden con las de otro iluminado radiofónico que anda en caída libre y sin paracaídas. ¿Por qué tanta obsesión con dictar el discurso del PP en vez de preocuparse por hacer periodismo y no escupir a la cara de su público natural?
Eso sí, en el caso de Zarzalejos, ni palabra de cómo se las arregló para dejar en dos ocasiones al ABC al borde de la muerte. Lo suyo sí que es patológico.
CEBRIÁN, PURA MIEL
En El País lo más sabroso estaba también en algunas de sus entrevistas. Por ejemplo, en una con Tomás Gómez para cerrar una semana en que el diario de Prisa le ha dado hasta en la foto del carné de identidad.
Precisamente le sacaban a relucir unas críticas a José Blanco y el gran líder del socialismo madrileño contestaba con un «es que yo no he dicho eso». «A Pepe Blanco le considero un ministro excelente que hace una tarea positiva», decía. Para mondarse.
Pero el plato fuerte -empalagoso, eso sí, como una sobredosis de pestiños bien rebozados en miel- estaba en un reportaje-entrevista del propio Juan Luis Cebrián a Lula, por el que ahora pierde los vientos.
Esta primavera, por lo que se ve, está siendo de enamoramientos a tope.
«No le imagino retirado en su piso de San Bernardo, compartiendo con sus vecinos las nostalgias de cualquier tiempo pasado», escribía el académico. ¿Y usted no se retira, amigo?
NOTA .- este artículo se publicó originalmente en La Gaceta.