Fernández de la Vega, en la SER, echaba la culpa de tapadillo al PP para defender a su jefe
¿A quién se le puede ocurrir, aún con las palabras del gran Pepe Reina, (qué ‘speaker’ por cierto, resonando en los oídos y con las imágenes de Manolo Escobar medio volando por los aires), publicar dos tostones de impresión perpetrados por José Blanco y Gaspar Llamazares? ¿Es algún tipo de penitencia? Porque tiene bemoles. En Público, Llamazares (¿a quién le interesa Llamazares?) abogando por una nueva Loapa.
Y en El País, Blanco criticando la «herencia recibida del Partido Popular» y elogiando «las transformaciones llevadas a cabo por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero». Hablaría por los cuatro millones y pico de parados, claro.
Pese a todo, de lo del ministro de Fomento podía extraerse por lo menos una conclusión: «Un progresista deja de serlo cuando deja de cuestionar sus propios dogmas, cuando abandona su voluntad reformista de la sociedad y cuando se limita a defender las conquistas del pasado». Palabra de don José. Te alabamos, óyenos.
LA CULPA, DEL PP
El discurso se lo conocen de sobra. Pese a lo rayado del disco, algunos no dejan de pincharlo cuando les ponen un micrófono
delante.
María Teresa Fernández de la Vega, como vicepresidenta que es del Gobierno del ínclito José Luis Rodríguez Zapatero, se dio un garbeo el martes por la mañana por la cadena SER. Allí mismo, en el programa de Carles Francino, lanzaba una pregunta con trampa: «¿Alguien puede pensar que en este país, con la crisis que ha habido, si no hubiera un presidente socialista, que en esta crisis no hubiera habido un gran recorte social?».
Sí, ya sabemos que la frase era un tanto extraña. Pero son los problemas del directo y de la dicción de cada cual. Lo que importaba, más que el continente, era el contenido: la culpa, de tapadillo, era del Partido Popular. Que si hubiera gobernado lo habría hecho peor que ZP. Con una salvedad: que no gobiernan.
¿Se habrá pasado la perseguidora de periodistas a la ‘política-ficción’ aprovechando el 25 aniversario del estreno de ‘Regreso al futuro’? ¡El pasado paterno que podría maquillar si tuviera en sus manos el DeLorean DMC-12 de la película!
CALMA CHICHA
Por lo demás, poco que rascar. En el diario Público su comisario político de Opinión, Marco Schwartz, volvía a pontificar: «Intentar extraer lecciones políticas de la hazaña de La Roja es un ejercicio legítimo, incluso comprensible dadas las pasiones que despierta el fútbol, pero vano».
Quizá por eso en las mismas páginas Juan Carlos Escudier titulaba con un «Del Bosque nos sube el PIB» largándole un viaje a la ‘vice’ Elena Salgado: «Mujer prudente, ha preferido no dar cifras, aunque haya resaltado que la economía va mejor con humor y buen rollito». Y Javier Vizcaíno, después de poner en agua los garbanzos del cocidito, nos dedicaba alguna mención a LA GACETA hablando, no se sabe si bajo conocimiento propio, de «copazo de sol y sombra».
CABREO DE ‘GARA’
Sólo por cómo le ha sentado lo del Mundial al ‘abertzalismo’ escrito ya merece la pena. Bajo la firma de Maite Soroa se materializaba la úlcera que les ha salido a algunos: «Poco o nada me ha alegrado que los de la Rojigualda ganaran a Holanda». «Españoleo ramplón», lloriqueaba.
Y para consolarse echaba mano de la pataleta como los niños chicos: «Se han venido arriba y vamos a tener que aguantarles así hasta que las cifras del paro vuelvan a mostrarse. Hasta que se percaten de que en Catalunya ya hacen las maletas para irse del campeón de esa Copa y que aquí, en ello estamos». Ya.
Esperando a Napoleonchu mientras las audiencias de los partidos de la Selección española se disparaban, ¿no?
¡A joderse tocan!
ULTRAS, FASCISTAS Y FAMOSOS…
Dos páginas completitas en la habitual sección de Luis G. del Cañuelo en el semanario pro socialista El Siglo: “De los ultras de Intereconomía, del Veo 7 de Pedro J. y del omnipresente Buruaga”.
De novedad, más bien poca, pues se limitaba a recoger un reportaje propio de la semana anterior. “El Siglo le aguó en parte la fiesta un día antes”, aseguraba Cañuelo sobre las cifras del EGM que difundía el martes de la semana pasada el director de LA GACETA, Carlos Dávila. Aunque lo de la fiesta aguada, dando cuenta con dos semanas de retraso de lo que ya habían publicado hasta la saciedad diversos confidenciales y diarios de Internet, sonaba un poco extraño.
No obstante, aquí les dejamos algunas de las perlas cultivadas publicadas en la revista de nuestro invitado Pepe García Abad. Si les quitan el tono de excomunión periodística y la mala babilla –son como son– verán que tienen su puntito: “Todos los intentos de reflotar el navío [Veo 7] se han estrellado contra el acantilado de un programa cutre llamado ‘El Gato al Agua’, que se sacó de la manga, hace ya algunos años, Julio Ariza”.
“De modo económicamente misterioso, circulando entre brumas financieras y sospechas más o menos fantasmales, no confirmadas por el momento, el Grupo Intereconomía ha ido prosperando a ojos vista en los últimos tiempos. Su auge, todavía muy relativo, ha comenzado a molestar a los grandes del sector mediático conservador. El Mundo se ha inquietado. ABC carraspea nerviosamente. La Razón se va desinflando a marchas forzadas.”
“Mario Conde frecuenta Intereconomía. ¿Por qué? ¿Para qué?” “¿Son ultras los medios de Intereconomía? Lo son desde que Ariza se quedó con la radio. Y más tarde ha ido ensanchando su poderío y su influencia. Son ultras y cada vez más. Están en la derecha de la derecha [¿esto no es de Ignacio Villa?]. Por consiguiente [¿y esto no les suena a Felipe González?] en la derecha extrema [¿y esto de José Blanco, no?] introduciéndose en el territorio de la extrema derecha, el neofascismo o como cada cual prefiera describir ese fenómeno tan peligroso para un régimen democrático como es el español”.
“En El Mundo escriben Luis María Anson, Federico Jiménez
Losantos y Fernando Sánchez Dragó. Podrían hacerlo perfectamente en LA GACETA”. ¡Lo que da de sí la invitación a una entrevista!
Gracias por la promoción.
Originalmente publicado en La Gaceta