Margarita Sáenz-Díez exhibía su máster en cocidos y potajes en la SER
Aquí no va quedando ni el tato. Fíjense si no en El País, de donde no se podía extraer prácticamente nada potable. Un tipo llamado Luis Arroyo, presidente de Asesores de Comunicación Pública, se marcaba una tribuna en forma de misiva de un Ficticio departamento de Estrategia del PP dirigida a Mariano Rajoy sobre José Luis Rodríguez Zapatero: «El otro día te ganó, y podría recomponerse y seguir jugando como un buen estratega y no sólo como un buen táctico. Aquí estamos nerviosos sólo de pensarlo, porque tú, Mariano, ya no vas a tener más oportunidades».
Ya. Lo sé. Pero comprenderán que hay que llenar esta página y, visto el panorama, agarrándose a un clavo ardiendo. Si hasta José María Izquierdo se despedía ayer, chapando su ‘blog’ hasta septiembre. Que le dan la papela, vaya, ahora que El País se ha convertido en un cuartel por su decidida apuesta por la militarización de José Blanco. Por cierto, que nuestro publicista favorito se despedía con una referencia a LA GACETA de la Iglesia, de Intereconomía. Gracias, majete. Cremita, gorra y mucha agua. Tampoco se crean que el brazo radiofónico de Prisa estaba mucho mejor. En la SER, dedicación casi exclusiva a lo de Carlos Fabra y Margarita Sáenz-Díez, de El Periódico, reivindicando su máster en cocidos y potajes: «En todos los partidos hay garbanzos negros, pero en algunos, a cucharadas».
DiEZ AÑOS DE ZAPATERO
Vayamos a Público, donde Gonzalo López Alba recordaba, en el décimo aniversario de la llegada de ZP a la Secretaría General del PSOE, cómo todo comenzó en Cataluña. Y más estos días, en que lo de allí le amarga al inquilino de La Moncloa. Recordaba el periodista que Bono calificaba a su Nueva Vía de «partida de aventureros», pero que «aquella ‘pandilla’ le ganó el pulso tirando de sus móviles y de sus coches, incluso viajando en autobús mientras que el castellanomanchego disponía de todos los recursos de un presidente autonómico». Además, señalaba que el aniversario se celebraba «bajo el signo de la incertidumbre» por la continuidad del homenajeado y repasaba el trío de jerarcas ‘muertos’ a su servicio: Jordi Sevilla, Jesús Caldera o Juan Fernando López Aguilar. «Ha dejado descolgados a varios fundadores del grupo que le acompañó en 2000 en la conquista del liderazgo del partido», escribía, diplomático, López-Alba.
EL BLANCO ES BLANCO
Eso sí, sin citar el nombre, sólo el cargo. Pero tampoco hay que ponerse tiquismiquis, que, al fin y al cabo, la sección de Opinión del periódico de Jaume Roures nos salvaba esta página (¡gracias, Schwartz!). Ayer se llevaba un par de palos José Blanco. Blanco, y perdonen, de los dardos de algunos de sus columnistas. Abría Manuel Saco, calificando la huelga de «vergonzante» y la propuesta de militarización de «desmesura», para rematar con: «Utilizar al ejército como revientahuelgas me parece un precedente peligroso». Le seguía por la senda Isaac Rosa: «Son unos privilegiados, cierto, aunque ya menos, pues el Gobierno les modificó las condiciones laborales vía decreto hace unos meses: una forma expeditiva de resolver un problema laboral, y que aplaudimos por ser los demonizados controladores, pero que no me deja tranquilo». Y es que para el escritor, «hoy es por los controladores, pero mañana podría ser por nosotros».
SARAMAGO, ¿MOROSO?
Polémica a la vista. Y todo porque el difunto premio Nobel José Saramago habría dejado, según sentencia de la Audiencia Nacional, un pufo de 717.651 euros. Lo curioso del asunto es que aunque los abogados de la viuda aseguran que los pagó en Portugal, la Audiencia no lo ve claro y los otros contraatacan alegando que era un ciudadano del mundo… que cobraba de algunas instituciones pintorescas con respecto a su cosmovisión política.
DE MUERTOS Y CHORRADAS
Para rematar, y nunca mejor dicho visto lo que viene a continuación. El catedrático Vicenç Navarro se transmutaba en CSI a lo Grissom en rústica. «No todos los muertos son iguales», podía leerse en el titular. Ya se imaginan por dónde iban los tiros. Y con autocita, para no variar las costumbres. ¿Será complejo de protagonismo? A saber. Lo que certificamos es la suma de chorradas y giros dialécticos para echar una culpabilidad original a los asesinados por el bando republicano y una limpieza de conducta a los ejecutados por el bando nacional. Un ejemplo: «Poner a los curas y monjas asesinados por los republicanos en la misma categoría que los alcaldes, sindicalistas y miembros de las asociaciones republicanas es ignorar lo que cada un representaba». Y es que los desmanes de zona republicana «no fueron políticas de Estado, como sí lo fueron los asesinatos sistemáticos de los demócratas republicanos por parte de la dictadura». Claro, y Paracuellos del Jarama fue una obra espontánea, no te digo. Total, qué más da. Ellos se lo buscaron por leer El Debate, los muy ‘fachas’. Repugnante. Ni como cortina de humo.
POR PARTIDA DOBLE
Sin salir de Público, Javier Vizcaíno nos dedicaba atención por los últimos números de LA GACETA sobre la política de concesiones a los presos que, según Interior, han repudiado a ETA. Condición, parece ser, que basta, aunque tengan a cuestas varios asesinatos. Por lo demás, enhorabuena a Vizcaíno, que ha pasado a fichar por la radio del peneuvista Grupo de Noticias, editor de ‘Deia’ y otras hierbas de nacionalismo catolicarra y meapilas. Del cocidito al marmitako, ¿no? También en la última nos decía otro amante de la escatología, al hilo de los nueve meses de este periódico, que LA GACETA es «un bebé que ya es capaz de berrear y defecar libremente». ¡Que obsesión con el caca, culo, pedo, pis! De hacérselo mirar, oigan.
Originalmente publicado en La Gaceta