Suso de Toro se marcaba un puré mental con todo tipo de ingredientes en las páginas de Público
Esto va cogiendo ritmo. Llegaba el 1 de septiembre y la SER -entre los aullidos de rabia de sus reyes de copas y de bastos, Augusto Delkader y Daniel Anido, por lo de sus Deportes- ponía sobre la mesa una encuesta en la que el PP sacaba ocho puntos de ventaja al PSOE. Y mientras, José Luis Rodríguez Zapatero se paseaba por Asia ofreciendo deuda pública española a todo pasto. Bien mirado, quizá no estaría mal convertirse en una sucursal de los chinos. A ver qué decían algunos viendo cómo se las gastan en el Xinjiang.
TONTUNAS DE DISEÑO
Ya sé que la idea es una chorrada pero la imaginación es libre y, además, tenemos conciencia de la ‘boutade’. Que no es poco, porque otros las hacen y encima se las creen a pies juntillas. Por Público abrevaba Suso de Toro, referente intelectual del presidente del Gobierno, con un puré a base de todo tipo de ingredientes: deportes, medios de comunicación y esa malvada derecha rancia y ‘crué’ —Deporte y Humanidades–. «Los deportes son benéficos [¿no será beneficiosos?] para las personas que desean practicarlos y juegan un papel importante en la vida de todas las sociedades», comenzaba con un tono medicinal, para más adelante ir perdiendo pie: «Lo ocurrido con la selección española de fútbol ha sido un ejemplo de cómo se da en el deporte una lucha ideológica: perdió la idea de España que reconoce su diversidad, ‘la España plural’, y ganó el españolismo más castizo. Una selección que integró procedencias diversas, con fuerte y valiosa impronta catalana, cuando llegó a Madrid pasó a ser la de las bulerías, Bisbal y Manolo Escobar». Lo que no fue problema para que su amigo, el de La Moncloa, los cortejase a base de bien. Si es que está la cosa muy mal…
¿Tendrá que mandarle un correo electrónico de esos que, según confesión, se cruzan de vez en cuando? Claro que la culpa de todo ya saben de quién es: «La derecha nacionalista española, con unos medios de comunicación a su servicio muy potentes que descansan sobre el discurso nacionalista español de siempre que nunca ha sido cuestionado, sigue formando a la ciudadanía». Si es que así nos va: Dios los cría y ellos se juntan.
SOBREDOSIS DE PRIMARIAS
En El País volvían, con septiembre, los oscuros golondrinos a su nido. Incluyendo el alérgico a los bocatas de berberechos en escabeche y a las piparras. ¡Qué le vamos a hacer si no tenemos tiempo para atiborrarnos de sushi, yakiudon y kimuchi de salmón! Será porque nosotros no tenemos a Javier Ruiz para hacernos los informativos, digo, el periódico… ¡Ah, no, que eso era en otra época!
En fin, hablando de retornados a casa, y no por Navidad, ahí estaba Javier Pradera, de los Pradera de toda la vida, al que el asunto de las primarias del PSM —Primarias emponzoñonas— se le ha aparecido en el horizonte como si hubiera descubierto el Mississippi: «Las declaraciones de los ministros José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba poniendo en berlina al modesto ex alcalde de Parla y acusándole, absurdamente, de ser un peón de la derecha, arrojan serias dudas sobre la sinceridad de los propósitos gubernamentales de respetar la neutralidad del aparato oficial» ¡Enhorabuena por caerse del guindo, y bienvenido!
DUELO DE INTERESES
Al diario de Prisa le ha dado fuerte con lo de las primarias del PSM. Bien sabido es que por esos pagos no le tienen mucha simpatía a Tomás Gómez, aunque últimamente lo disimulan algo. Quizá por eso la sobredósis de primarias se completaba con un ejercicio de ecuanimidad: dos artículos de opinión firmado -es lo único demostrable- por sendos ‘espadas’ de cada uno de los candidatos.
Eduardo Sotillos competía por su señorito, Gómez, que le tiene en su Ejecutiva, y había que reconocerle al veterano periodista una capacidad de maniobra que le llevaba a intentar frenar el ‘agit prop’ del «candidato de la derecha». «No tomarás el nombre de Zapatero en vano», titulaba lo suyo, y lanzaba una pregunta envenenada: «¿En tan poca estima tienen el trabajo del Gobierno, gestionando una crisis histórica, como para supeditar el resultado electoral de 2012 a las primarias de Madrid?»
Sorprendidos por este combate, en el que este Trasgo ha tenido que ver cómo Sotillos se ha enfrentado a Ferraz, todo un hito histórico, servidor se quedaba a cuadros con el ‘campeón’ de la Trini: José Pablo González Durán, alcalde de Collado Villalba. «Regreso al futuro», titulaba el cachondo. Y donde Sotillos daba muestras de brega, éste las daba de simplicidad y seguidismo absoluto. Empezaba recitando la ‘Vulgata’ de su bando y por dónde sangraba, con «la conversión de la Comunidad de Madrid en una maquinaria hostil dedicada a sabotear al Gobierno de España» y luego ya llegaba el momento de mayor esplendor apelando a los «ciudadanos progresistas» (los que votan a su partido, para entendernos) que «no entienden que el PSOE haya de ser una plataforma de la carrera de nadie» y a los que «les debemos el hacer posible un regreso al futuro». O al pasado, según se mire. Desde luego, con apoyos como éste se entiende que Jiménez haya llamado al Séptimo de Caballería de Ferraz.
RAHOLA Y LOS PIJOS
Para rematar, Pilar Rahola publicaba una durísima columna en La Vanguardia al hilo de lo de los cooperantes —El valor del silencio–. Y hay que reconocer que muchas veces no se estará de acuerdo con lo que opina pero, en esta ocasión, es digno de traerse aquí por todo lo contrario.
Para que vean que reflexiones como ésta no son sólo propiedad de ‘la caverna’: «Llevo mal las declaraciones de Roque y Vilalta, primero, porque después del lío en que nos han metido, estarían mejor callados. Segundo, porque estos aires de héroe de mochila empiezan a ser cargantes […] Y tercero, porque no he visto ni un ápice de autocrítica. Parece como si tuviéramos que aplaudir las ansias de estos niños pijos de pasearse un rato por el Sahel y quizás aplacar su mala conciencia de clase».
Más madera: «La solidaridad no es llevarse de paseo por el desierto a Judith Mascó, o a la mujer del alcalde de Barcelona o a los amigos del pan con tomate socialista». Rahola veía en todo eso un siguiente conclusión: «Si la aventura, además, acaba con secuestro, meses de angustia, presumible pago millonario, liberación de yihadistas y éxito de Al Qaeda, lo mínimo que se puede pedir es que los liberados se callen. Porque parece que no han entendido lo básico: algunos aceptamos resignados que se haya pagado por ellos. Pero no aplaudimos su irresponsable, inocua y pija aventura solidaria». Sus ovarios, señora. Lo ha clavado.
Originalmente publicado en La Gaceta