Me asiste el mismo derecho que a los que les produce grima mi expresividad y mi jeta
Carlos Boyero tiene acostumbrados a sus lectores a artículos sobre Televisión y Cine. Sin embargo, este sábado, 23 de octubre de 2010, Boyero ha preferido escribir sobre la noticia que ha copado todos los medios de comunicación en la última semana: el movimiento de fichas del Gobierno de Zapatero y los cambios en las carteras ministeriales.
Confianza es el artículo que el crítico de cine publica para analizar la situación política de España tras los cambios. Para Carlos Boyero Rubalcaba es una persona que sabe todo sobre el poder ya que «flota y brilla no ya en el triunfo de los suyos sino en medio de naufragios previsibles o consumados de ese partido al que ha dedicado su alma».
Podrá alardear en su glorioso currículo de haber logrado la extinción del ogro con Rh negativo que lleva 50 años acojonándonos a casi todos y también de otros notables logros políticos, pero es sospechoso de hablar en estado de embriaguez o de que algo grave le ha ocurrido a su cerebro al declarar en su toma de posesión de cargos fastuosos: «Este es un Gobierno creado para transmitir confianza».
Ante esas palabras, el colaborador de El País desde 2007 deduce que, entonces, los anteriores fueron creados para transmitir desconfianza, temor o tal vez que «el prócer que les hizo directivos era un sádico o un demente».
¿Es posible que Zapatero oculte a un anarquista enloquecido que aspiraba a la destrucción del Estado a base de crear la permanente desconfianza del pueblo hacia sus gobernantes?
Entre los ministros que van a devolverme la confianza permanecen Blanco y Pajín, de gestualidades y discursos que me provocan alergia. Me asiste el mismo derecho que a los que les produce grima mi expresividad y mi jeta. Pero no imagino nada mirando la boca de Pajín. Mi rechazo de su personalidad está relacionado con la ética. Tampoco me gusta su estética.