La duda de Felipe González.

MADRID, 8 (OTR/PRESS)

El ex -presidente del Gobierno, Felipe González, ha sorprendido este pasado fin de semana con una revelación que dará mucho que hablar. En una larga conversación con Juan José Millás en El País desvela González que en 1.989 o 1.990 -sorprende que no recuerde la fecha exacta por la trascendencia de lo que a continuación relata- tuvo que decidir si se volaba a la cúpula entera de la banda terrorista ETA que se iba a reunir en un lugar del sur de Francia. Eran unos años en los que la colaboración del País vecino en la lucha antiterrorista era casi nula, por lo que la alternativa que le presentaron a González -se supone que los servicios de inteligencia españoles- era o lo hacemos nosotros o no lo hará nadie. El ex -Presidente decidió que no y veinte años mas tarde confiesa que todavía no sabe si hizo lo correcto.

No se muy bien a cuento de que Felipe González se mete ahora en un «jardín» que solo va a tener para el muchas espinas y pocas flores. Porque enseguida surge la duda de cuantas otras operaciones de la denominada «guerra sucia» de los GAL tuvo conocimiento el ex -Presidente. Pero lo mas terrible es que González, veinte años después, tenga todavía la duda si hizo lo correcto diciendo no a la propuesta de volar a la cúpula de ETA que llegó a su mesa de despacho en la Moncloa. Por muchas y diferentes razones, el ex -Presidente tendría que saber que hizo bien. En primer lugar, porque el fin nunca justifica los medios. Y hasta los terroristas de ETA tienen derecho a una defensa y a un juicio justo por sus crímenes y no a saltar por los aires. Esa es la diferencia entre los demócratas y quienes no lo son. Los primeros respetan el Estado de Derecho y lo aplican para combatir a los terroristas; lo segundos, pretenden utilizarlo y destruirlo.

Felipe González gobernó España durante catorce años. Fue un buen Presidente del Gobierno -desde luego, a años luz de su compañero de filas y actual inquilino de la Moncloa- pero en el balance de su gestión siempre habrá dos baldones: los casos de corrupción que salpicaron al PSOE y la «guerra sucia» para intentar acabar con ETA. En sus confesiones de este fin de semana, Felipe da a entender que está más arrepentido y dolido por lo primero que por lo segundo.

Con su sorprendente revelación de este fin de semana, González no se hace un favor ni a si mismo ni a la democracia. A estas alturas de la película, ya debería tener bien aprendida la lección que en la lucha contra ETA no caben los atajos, llámense estos «gal» o «negociación». Lo único que cabe es la derrota total y absoluta de ETA y de todo lo que ETA representa, mediante la aplicación estricta de la ley. Por cierto, eso es lo que muchas víctimas del terrorismo y con ellas miles de personas volvieron a reclamar el pasado sábado en la Plaza de Colón de Madrid. Eso si, con la ausencia clamorosa de los dirigentes del PP y de UPyD.

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