Si el rey Mohamed VI sólo quiere dejar entrar a algunos periodistas, es su problema, pero no tiene sentido que las autoridades españolas se presten a colaborar
¿A quién se le ocurrio en La Moncloa que el Gobierno español hiciera de correa de transmisión de la censura y la discriminación informativa impuesta por Marruecos en el Sahara?
Quien se ‘comió el marrón‘ fue el siempre diligente Bernardino León, pero la idea es tan estúpida, que no puede ser suya.
Si el rey Mohamed VI sólo quiere dejar entrar a algunos periodistas, es su problema, pero no tiene sentido que las autoridades españolas se presten a colaborar en un vergonzoso ejercicio de periodismo ‘ecamado y empotrado‘.
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha calificado el «pool» de medios de comunicación acordado entre Madrid y Rabat, como una manifestación de «censura dirigida» y «turismo de conflicto».
Gloria Lomana, directora de servicios informativos de Antena 3 va más allá:
«Me parece un escándalo. ¿Cómo puede Moncloa hacer de correa de transmisión de la censura y la discriminación informativa impuesta por Marruecos?»
«Hemos sido la única televisión que consiguió adentrarse en El Aiún y nuestros periodistas fueron expulsados de allí sin contemplaciones, con la advertencia de que no se les ocurriera volver. El pago a nuestra independencia informativa lo estamos recibiendo ahora con la exclusión de este paripé que quiere montar Marruecos con la connivencia del gobierno español».
TVE, que en un principio fue elegida por Marruecos y Moncloa para ser parte del discrimatorio ‘pool‘, ni sabe ni contesta.
Javier González Ferrari, presidente de la cadena de radio Onda Cero tilda la decisión de «totalmente sectaria por parte del régimen de Marruecos».
«No pueden hacer lo que están haciendo. Favorece interesadamente a unos medios, evitando que el resto pueda informar a la opinión pública sobre lo que ocurre en el Sahara»,
César González Antón, director de informativos de La Sexta, entiende que sea Marruecos el que decide quién va y quién no, pero que teme que todo termine en «un tour por Disneylandia».
«A ver cómo resulta ese paseo, aunque tampoco entendemos por qué no han sido convocadas televisiones y radios. Supongo que tienen miedo de las imágenes que podamos llegar a transmitir. De todas formas, es mejor que entre alguien a que no entre nadie».
Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), considera que el formato ofrecido por Marruecos no solo es «irregular» e «inaceptable», sino que además planteará «dificultades a los periodistas que viajen a la hora de informar objetivamente»:
«Cuando el derecho a informar está tan cercenado, no vale la pena ejercerlo, es periodismo empotrado y encamado».
«Sería bueno que resistan la tentación, porque quien crea que esa invitación es un privilegio está muy equivocado, es más, es todo lo contrario».