Los recortes de Artur Mas (CiU) en la sanidad pública catalana están llegando a un punto que hasta los diagnósticos más certeros parecen contagiados de esta política de ahorro. Y si no que se lo digan a un paciente de un hospital barcelonés al que se le dio por fallecido (certificado de defunción incluido) cuando en realidad estaba vivo.
La noticia, de la que se ha hecho eco Público –Un hospital da por muerto a un paciente que sigue vivo– da buena cuenta de las deficiencias que están produciéndose en la sanidad de Cataluña.
El caso es que un anciano con una enfermedad terminal en fase avanzada estaba hospitalizado en el Hospital Moisès Broggi de Sant Joan Despí (Barcelona) desde hace algunas semanas. En una de las revisiones rutinarias, un doctor certificó su muerte pese a que el enfermo seguía con vida.
Según la justificación del centro, el paciente, de 89 años, presentaba todas las señales externas de la muerte. Pese a ello, el diagnóstico se reveló erróneo y se emitió un certificado de defunción de una persona que no estaba fallecida, como se pudo comprobar posteriormente.
Esta persona sigue con vida e ingresada en el mismo hospital, en un estado de salud similar al de antes del certificado de defunción anticipado. El departamento de Salud de la Generalitat ha abierto un expediente informativo.