El País echaba mano de expertos vinculados al PSOE para responsabilizar a la derecha de la crispación
La designación de Pascual Sala como presidente del Tribunal Constitucional era recogida por ‘El País’ en su primera plana con el titular
«El Constitucional elige un presidente progresista para alivio del Gobierno».
El Ejecutivo, señalaba el diario de Prisa, estaba
«temeroso de que la división entre los siete magistrados elegidos a propuesta del PSOE pudiera acabar con uno de los cuatro conservadores al frente de la institución».
Pero la elección de Sala ha causado alivio, porque, además, fue quien puso coto a Lluis Pasqual Estevill o a Javier Gómez de Liaño,
«ambos condenados por sus ‘hazañas’ judiciales».
Aunque en lo referente al último el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminase en julio de 2008 que su juicio no fue imparcial.
DERECHA MALA
El mismo diario ofrecía un intento de hilar la tensión política en Estados Unidos y España con la derecha a través de las opiniones de algunos expertos.
La de Belén Barreiro, de la ‘progresista’ Fundación Alternativas, era que
«es la derecha la que tiende a desencadenar la tensión en la vida política española» y que el PP «será rehén de los más exaltados».
O la del sociólogo Ignacio Urquizu, también vinculado a la misma fundación y al PSOE:
«En los casos español y norteamericano la estrategia de la crispación pretende que la derecha pueda ganar las elecciones en una sociedad donde la mayoría no comparte sus valores».
PARADOJAS
Otro profesor, Fernando Vallespín, se sorprendía de cómo están las cosas según los sondeos:
«Por paradójico que parezca, uno de los políticos más veteranos es, a la vez, el que da una mayor impresión de frescura en este último tramo de la legislatura». Si eso era lo que le parecía Alfredo Pérez Rubalcaba, de José Luis Rodríguez Zapatero estimaba que «conserva, sin embargo, esa capacidad de trilero que también se le ha imputado siempre y que ahora posiblemente ejercerá tapando y destapando cartas, según las circunstancias».
TONTOS CON ‘PINGANILLO’
En ‘Público’ Manuel Saco, además de su obsesión con la Iglesia, en este caso el Papa Juan Pablo II, despachaba estas frases:
«Ahora, en el Senado, sus señorías, que ya no se entendían ni en castellano, idioma que todos dominaban, han decidido hablar entre ellos en cuatro idiomas, añadiendo a su Babel el gallego, el euskera y el catalán, porque han llegado a la conclusión de que las lenguas no están para entenderse, sino para incomunicarse, para poner barreras entre pueblos, para reivindicar las diferencias. Para, en fin, ser más tontos en cuatro idiomas y con un ‘pinganillo’ colgando de la oreja.»
LLEGA SABINA
Pero en la edición del viernes en ese diario reinaba Joaquín Sabina, que se estrenará el domingo como columnista, y que, entrevistado, dejaba frases como:
«No seré yo quien se ponga a estas alturas a defender a Zapatero porque ya tengo la ceja bastante afeitada»
«Para mí fue un insulto, como escupirme en la cara, el día en que busqué CNN+ y salió Gran Hermano 24 Horas»
El cantautor iba por libre:
«Yo no le pido el carné a mis amigos. Discuto con los mejores, Savater o Vargas Llosa, y me encanta. Y soy amigo hasta de Sánchez Dragó, que está diciendo unas cosas… ¡Habla de Sarah Palin y Berlusconi como lo mejor del mundo!»
O que
«en lo único que coincido con los liberales puros es en que hay un montón de cosas, sobre todo relacionadas con las costumbres, en las que el Estado no debería meterse: desde el tabaco a los toros».
La ausencia de información taurina de ‘Público’ escocía a Sabina:
«Ahora en serio: lo de los anuncios de prostitución me parece muy defendible. Pero que José Tomás salga a hombros en Las Ventas y no se cuente es indefendible, porque un periódico debe informar de lo que pase, le guste o no».