Rubalcaba alerta del peligro de salir de la crisis por la derecha, pero una semana demasiado tarde
La izquierda mediática sigue sumida en su última crisis de identidad. En pequeñito –muy, muy pequeñito– recuerda al desconcierto y las rápidas componendas de los partidos comunistas de todo el mundo después de que Kruschev denunciara los crímenes del estalinismo en el XX Congreso de la Internacional. Todo tiene que cuadrar, porque la izquierda pretende estar del lado correcto de la historia, y si los hechos contradicen la teoría, tanto peor para los hechos.
Las medidas adoptadas por Zapatero de un tiempo a esta parte son el mayor golpe contra el Estado del bienestar –ese logro sagrado para la izquierda– de las últimas décadas, y dejo a la imaginación del lector determinar qué revueltas, sentadas, huelgas y manifestaciones no hubieran montado los sindicatos y ‘coordinadores’ varios si es un Aznar o un Rajoy el que mete mano a la edad de jubilación como lo ha hecho nuestro ‘rojísimo’ presidente del Gobierno que, para colmo, tiene que aceptar ‘deberes’ de una conservadora como Angela Merkel para, horror, ser aplaudido por bancos y mercados. Lo coherente sería renunciar a la izquierda o denunciar a Zapatero. Pero la sombra del poder es muy fresquita, y el tribalismo puede más que la ideología, así que los medios progresistas están todos en modo ‘contención de riesgos’ y puestos a marear la perdiz. Los malos son y serán siempre los del PP.
Negro sobre blanco
La táctica del calamar de emborronarlo todo para que no se les vea está por todas partes, en la sutil elección de noticias o titulares. Pero es en ‘El ojo izquierdo’, el ‘blog’ que mantiene en ‘El País’ José María Izquierdo, donde se expone negro sobre blanco: “Podríamos llegar al acuerdo, puro juego hipotético, de no conceder ni la más mínima importancia a lo elogioso para el Gobierno que ha dicho Angela Merkel. Nada, no ha dicho nada y lo eliminamos, tal que la foto movida de la cámara digital. Zas. Fuera. Pero eso sí, a cambio de que los chicos del coro borren todo lo que han dicho hasta ahora y lo que van a seguir diciendo sobre ridículos exámenes y ominosos suspensos. Nunca lo harán, por supuesto, que ahora lo vamos a ver. ¿O creían que la cesión iba de gratis total? Ya saben, venga, chaval, que se te ve el plumero. Nunca van a renunciar a ello porque la realidad jamás les hará cambiar el plan de ataque planificado, que a ver si ahora nos va a importar mentir una, dos y hasta mil veces más”, –Alemania abre el debate de la integración-.
Las letras del ex-sultán
Vamos, que el tema no es que un Gobierno pase por el aro de hacer una política de derechas impuesta desde fuera, sino que los malvados de la oposición no aplaudan el aprobado raspado que le han otorgado sus supervisores, tan conservadores ellos.
Gürtel les da el respiro que necesitan, venga trajes. Y algún contraataque un tanto pueril del ex sultán andaluz, Manuel Chaves, que sin embargo merece los honores de la primera plana: Chaves: “Es difícil que entienda a España si no entiende su propia letra”, –Chaves: ‘Es difícil que Rajoy entienda a España si no entiende su propia letra’-. La lógica es impecable: ¿quién que tenga una mala ortografía ha regido jamás con éxito los destinos de un pueblo? Es la clase de sesudos argumentos que, a nuestro pesar, nos arrastran hacia una posición de izquierdas. También le dan cancha –que estamos de promoción– a la niñera que le han puesto a Zapatero para que no se corte con las tijeras: “Rubalcaba alerta del peligro de salir de la crisis ‘por la derecha”. Uno no sabe cómo tomarse una declaración así; habrá que pensar que es irónica, para no concluir que nos toma por imbéciles. No diré que de la crisis sólo puede salirse por la derecha, porque esa es sólo la opinión de un Trasgo gacetil, pero es que de hecho Zapatero está tomando medidas derechistas para hacerlo, obedeciendo al pie de la letra las recetas que le van pasando líderes confesamente conservadores. No es un posición muy desairada, pero pretender que atrasar la edad de jubilación o congelar las pensiones equivale a la nacionalización de la banca en cuanto a izquierdismo son ganas de tomarnos el pelo.
El pacto y las introspección
‘Público’, que no tiene la hipoteca de Liberty y sí el respaldo del trotskista millonario de su dueño, dedica más espacio a la introspección hamletiana de los protagonistas del pacto por el lado izquierdo. “Hay que defender a los trabajadores, pero también al país”, titula una entrevista con uno de los muñidores sindicales del acuerdo, subtitulada: “Cándido Méndez. Secretario general de UGT. Dice que ha ido al acuerdo por responsabilidad y para frenar los planteamientos del Gobierno”. Claro, nos lo creemos totalmente. Que el señor presidente sea miembro de su sindicato y que ellos mismos sobrevivan únicamente amarrados a la teta estatal no tiene absolutamente nada que ver con su cesión.
Originalmente publicado en La Gaceta