Italia afirma que el acuerdo con Gadafi sigue en vigor

El ministro de Defensa italiano, Ignazio La Russa, ha asegurado este jueves que el tratado de amistad firmado por el dirigente libio, Muamar Gadafi, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sigue en vigor a pesar de los ataques perpetrados por el mandatario norteafricano contra la población civil.

Mediante este Tratado, el Gobierno libio se comprometía a controlar sus costas para evitar la inmigración clandestina hacia las costas italianas y ponía de relieve la amistad entre Berlusconi y Gadafi, quien mantuvo al menos ocho encuentros con Berlusconi en Roma.

No obstante, el ministro del Interior, Roberto Maroni, así como también el ministro de Defensa, han expresado su preocupación ante «un posible éxodo migratorio de dimensiones bíblicas» como ha subrayado La Russa.

Maroni ha pedido a la Unión Europea que respete «el principio de solidaridad» y permita trasladar a los inmigrantes que han llegado hasta ahora a la isla de Lampedusa a otros países de la Unión porque «Italia puede afrontar la emergencia» pero «no por mucho tiempo».

El Gobierno italiano ya tiene preparados dos aviones C-130, uno militar y el otro perteneciente a la Aeronautica italiana, para repatriar a varias decenas de ciudadanos italianos y europeos. Un avión está embarcando al personal en la ciudad de Sheba, mientras que el otro se encuentra ya en Trípoli, según informa el diario ‘La Repubblica’.

Por su parte, el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, ha afirmado que «Europa no ha estado atenta a los acontecimientos en el norte de Africa» y ha «minusvalorado la gravedad de los problemas de grandes masas populares». Por ello, ha sostenido, ahora Europa «debe empeñarse para encontrar una línea común, una política mediterránea común».

Según ha explicado Napolitano en una entrevista concedida al diario alemán ‘Die Welt’, Europa «ha pensado siempre que los regímenes del norte de Africa eran estables y no corrían riesgos extremos», lo cual «es una ilusión a la cual hemos cedido». Naturalmente, ha subrayado, el «grito de libertad» que se ha «elevado en muchos países se conecta con la exigencia de «pan o de la justicia social» y por ello «explota la ira ante la corrupción, la ira por las injusticias y el desequilibrio».

Napolitano ha subrayado que «a las legítimas peticiones de reforma y de mayor democracia» es necesario dar «una respuesta en el marco de un diálogo entre los diferentes componentes de la sociedad civil libia y las autoridades del país que garanticen el derecho a la libertad de expresión de la voluntad popular».

Además, el presidente italiano ha sostenido que es «inadmisible» la represión «indiscriminada contra la población» que no hace más que «alejar el país del camino de paz y prosperidad necesario para asegurar el bienestar del pueblo libio». Por ello, ha pedido que «cese la violencia» y se comience a preparar «un futuro mejor».

Napolitano ha afirmado que Europa debe «respetar la autonomía de estos países» porque «deben decidir ellos mismos qué camino elegir». No obstante, ha insistido en que la Unión Europea «debe apoyar un proceso de transición ordenada que lleve a políticas democráticas» así como «esforzarse en una fuerte política euro-mediterránea en el espíritu del proceso de Barcelona».

Napolitano ha subrayado que es «un gran error» pensar que el Mediterráneo es «insignificante» porque «es importantísimo para las relaciones entre Occidente con las nuevas potencias emergentes de Asia y America del Sur».

Con la ampliación a los países del Este, ha declarado Napolitano, la Unión Europea «se ha alejado del sur», aunque ha recordado que «no puede existir ninguna contradicción entre la dimensión nórdica y oriental de Europa y la Mediterránea» porque «ambas son elementos de una común política exterior europea».

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