Sencillamente hemos cumplido con el deber de informar
Pedrojota Ramírez, director de El Mundo, defiende en un suelto de opinión en su edición de papel que la foto de Esperanza Aguirre, recién salida de una operación, aparecida en la portada de la edición del miércoles tiene interés periodístico y que no supone una ofensa para nadie. —Pedrojota traspasa otra línea roja al publicar una foto de Aguirre en camilla tras ser operada de cáncer—
Afirma el periodista que:
El Gobierno de la Comunidad de Madrid lamentó ayer en un comunicado la publicación en nuestro periódico de la fotografía en la que se veía a Esperanza Aguirre en una camilla tras salir del quirófano. Su argumento es que esa imagen viola la intimidad de la presidenta. No compartimos su criterio: estamos ante un documento periodístico que no tiene connotación ofensiva alguna. Al contrario
Expone Pedrojota que:
La foto está tomada en los pasillos de un hospital público por el que circulaban en esos momentos diversas personas. Muestra a una mujer sonriente al poco de ser intervenida, en un gesto que transmite optimismo, que puede ser ejemplo para otros ciudadanos que se enfrenten a una situación similar. No es una foto escabrosa ni impúdica, ni tampoco una imagen que persiga el morbo
Considera el director que:
La presidenta Aguirre es un personaje público que, pudiendo ocultar su enfermedad, ha preferido dar la cara con valentía. Lo esencial de una foto es su contenido, no el lugar o las circunstancias en la que es captada -siempre que se haga dentro de la legalidad- y en el contenido de ésta no hay nada que pueda ofender a nadie.
Para apoyar la tesis del interés periodístico, el periodista Fernando Múgica también sale en apoyo de redactora que hizo la instantánea:
«Querida Ana [Ana Bornay]. Ayer conseguiste publicar una foto de la Presidenta, sonriente y con los pelos sueltos, en su cama después de la operación. Se la veía feliz de esta viva. Es lo que los periodistas llamamos una gran exclusiva. O sea, aquello que uno consigue a pesar de todas las trabas y dificultades inimaginables y que nadie más ha podido obtener».
El columnista además arenga a la redactora:
Disfrútala, no dejes que el entorno de comunicación de la Presidenta, ni los colegas envidiosos te amarguen la fiesta. Sencillamente has cumplido con tu deber de informar, de un hecho relevante y cierto, sobre una persona pública que despierta un enorme interés entre nuestros lectores».
Ante las críticas de que además la foto estaba desenfocada, Múgica recurre al testimonio de uno de los grandes del periodismo mundial:
Robert Cappa -el más pillo y genial de todos- afirmaba que para que la foto tuviera más impacto tenía que estar ligeramente desenfocada. Así los editores creían que había tenido más dificultad para hacerla.
Concluye el periodista que:
«Seguro que a Aguirre le ha encantado tu trabajo y hasta se guarda esta portada. Enmarcada, fijo».
Lo cierto, a pesar de las tesis de Pedrojota sobre la relevancia de la fotografía y su indudable factor informativo, es que la publicación de la foto de la presidenta madrileña ha recibido un triple tirón de orejas de Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de Prensa de Madrid (APM), Elsa González, presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y la propia Comunidad de Madrid –Pedrojota traspasa otra línea roja al publicar una foto de Aguirre en camilla tras ser operada de cáncer-. Todas las partes coinciden en la falta de interés informativo de la imagen.
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