“Europa está más preocupada por el petróleo que por la vida de los libios”, se queja en la portada de ‘ABC’ Mustafá Abdel Jalil, el –autodenominado– líder de los rebeldes de Bengasi. Ya sé que ‘ABC’ no es ninguna ‘izquierda’ por la que acostumbremos a pasear, pero no es mi intención hablar del rotativo conservador, sino proporcionar a don Mustafá el llamado consuelo de los tontos, es decir, el mal de muchos.
Piense el rebelde libio que, después de todo, el petróleo aleja el hambre, salvando con ello muchas vidas, y que en un país como el nuestro, donde tanto desmán se produce y tan negro se presenta el panorama, hay periódicos más preocupados por la cancelación de un mitin electoral que por todo lo demás.
Tristes sin Vistalegre
El mitin de Vista Alegre viene a ser como el Sermón de las Siete Palabras de este partido tan laicista, el PSOE, y su cancelación ha disparado todas las alarmas entre sus fieles. “Zapatero pone al PSOE en máxima tensión”, informa ‘Público’ desde su primera página, y añade: “Incertidumbre socialista por el silencio de su líder”. ‘El País’, más modosito, abre con “Un enviado de Zapatero se reunió con la cúpula insurgente en Libia”.
La verdad, estoy con ‘Público’. Ninguna de las dos noticias es demasiado relevante para el lector, pero al menos lo de Vista Alegre es real. Un enviado de Zapatero con los insurgentes, como si España pintara algo o como si los insurgentes fueran un Gobierno estable, es pura opereta. De segundo tema, el buque insignia de Prisa titula “El rey de Marruecos anuncia una reforma que recorta su poder”, debajo de una fotografía del monarca entre su hijo y su hermano que parece sacada del cartel promocional de ‘Uno de los nuestros’.
Al lío de Vista Alegre le dedica un espacio más modesto en su codiciada primera: “El PSOE da un giro radical a su campaña para sacar del foco al presidente”. “Giro radical” y “sacar del foco” me parecen una abusiva acumulación de metáforas para titular tan breve, pero no me he leído el libro de estilo de ‘El País’.
El caso es que para este periódico, que está en las cosas del mundo y en el consejo de las grandes, el tema es poca cosa, mientras que para ‘Público’ es una crisis de primera, nunca mejor dicho. “La incertidumbre se extiende entre los socialistas”, titula en páginas exteriores, incluyendo el cuestionable subtítulo: “La anulación del macromitin para lanzar la campaña del 22-M vuelve a desatar ‘la hemorragia’ sobre la sucesión de Zapatero’. ¿“La hemorragia”? No tenemos hoy fortuna con las figuras retóricas.
Cuando Rajoy dijo que el PP “es el verdadero partido de los trabajadores”, la izquierda se puso, comprensiblemente, de los nervios. En tiempos mejores hubieran respondido con una carcajada despectiva, pero lo cierto es que últimamente tienen la negra en ‘lo social’, con su señorito desmontando el Estado del bienestar a contrarreloj. De ahí que ‘Público’ publique –mi aliteración por su metáfora– a cuatro columnas “Derechas sin sensibilidad social” en la que Vicenç Navarro, catedrático de la Pompeu Fabra, desgrana datos ‘sociales’ para demostrar que de eso nada. No voy a disputarle las cifras porque a) no soy catedrático y, sobre todo, b) porque lo de ‘social’ me ha parecido siempre un timo lingüístico o, por decirlo de otro modo, ¿por qué lo llaman ‘social’ cuando quieren decir ‘político’?
Básicamente, un Gobierno es más ‘social’ cuando corresponde a sus miembros disponer graciosamente de una mayor parte del dinero que ganamos. Si dispone de un 30%, y lo reparte a su antojo, es más ‘social’ que si dispone de un 10%, aunque en el primer caso reparta miseria y en el segundo, riqueza. No nos cansaremos de decirlo: los resultados no importan, y la realidad es fascista. De paso: que Rajoy se sienta forzado a decir semejante majadería se me antoja demagógico e innecesario.
Y hablando de ficción, ‘Política’ de ‘Público’ abre con “Zapatero pronostica una mejoría del empleo para este mismo mes’. No es por quitarle la ilusión al presidente, ni porque maneje datos más preciso, pero es que este señor es único con los vaticinios, como para asociarse con la pitonisa Lola. Y el otro día sus conocimientos económicos –esos que absorbió en dos tardes– nos dejaron estupefacto al criticar la obsesión nuclear del PP, “que no reduciría el precio del transporte porque los coches no van a ir con energía atómica”.
Sígame con atención, presi: si la demanda para generación de energía desciende, queda más oferta de combustible para el transporte. ¿Me sigue? Pocas tardes fueron, me temo…
Pero, ¿qué mas da, si según el diario de Roures “FAES copia al Gobierno parte del plan energético”?
Originalmente publicado en La Gaceta
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